El ciprés

    12 nov 2018 / 11:47 H.

    Por razones obvias es conveniente alargar los paseos y caminatas, diarios, así que la estadística, controlada por el móvil con puntualidad exquisita se ve aumentada considerablemente. Por aquello de la querencia, me dirijo frecuentemente a las estrechas calles y acogedoras plazas de nuestro Casco Histórico, ese que tantas veces he recorrido cuando desempeñaba mis funciones de Aparejador Municipal. He visto como a lo largo de los años se ha ido abandonando por sus pobladores, alejándose de él el bullicio, los niños que antes jugaban en las calles y plazoletas y como se ha ido deteriorando año tras año desapareciendo inmuebles, que entraban en ruina por la desidia y el abandono. Seguro que todos los que son de mi generación aún tienen en su mente aquel ciprés que orgulloso apuntaba al cielo en el punto de vista central de la calle Elvín, calle repleta de macetas inundadas de geranios y gitanillas, y allá, en el horizonte junto al cielo, el Castillo. Fue quizás la postal tradicional más bonita que teníamos en aquel tiempo. Hoy el Ayuntamiento ha sustituido el ciprés por un colector de PVC en un alarde de solución constructiva lamentable, que de haberla propuesto en mi Escuela no habría aprobado Construcción en la vida