Carmen Calvo, sin metáforas

    18 feb 2019 / 12:57 H.

    En la semana horribilis del Gobierno, que culminó con la declaración de Pedro Sánchez, mediante la cual anunció la convocatoria de las elecciones generales para el veintiocho de abril, la vicepresidenta fue, muy a su pesar, la estrella invitada. Sin ser Rita Hayworth ni Grace Kelly, la dama de Egabro se convirtió en la actriz del relator, que, como el tiempo aristotélico confirmó, duró menos que el canto de un gallo. Siempre nos hemos preguntado, leyendo las novelas de Juan Valera, si Carmen I de Cabra tiene algún parecido con las heroínas de tan universal pluma. Mas la lectura hermenéutica de los textos demuestra que, al menos, en la simbología de la ficción, Pepita Jiménez, Doña Luz y Juanita la Larga rezuman otra manera de ser. Carmen es una mujer del siglo XX, mas también de Facebook y Twitter, del vestido clásico y de la chaqueta, de Flaubert y Stendhal, de Jonathan Franzen y Scott Fitzgerald. Suenan el heavy y el rock. La música de Lujuria y Mago de Oz no es el arte de Rubens. Mas es poesía en la armonía del silencio. Carmen Calvo, revival de un nuevo rock, inspiradora del look working y con las ojeras de Jane Fonda, se puede haber equivocado. Pero es una mujer honesta y valiente, que cree en el socialismo y en la libertad. En la igualdad y en la gente.