Campaña gratis

08 abr 2019 / 09:00 H.

Ala misma hora que el portavoz de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, comparecía en rueda de prensa en el Ayuntamiento de Jaén, María Cantos daba por oficial su candidatura a la Alcaldía de la capital desde el otro extremo de la ciudad. Quizás fue la distancia del Bulevar a la Plaza de Santa María la barrera que impidió al también vicepresidente de la Junta recibir la información en tiempo y forma. Los problemas de comunicación, a la espera de la puesta en funcionamiento del tranvía, dejaron en mal lugar al líder del clan de la manzanilla, término que acuñó, por cierto, el concejal jiennense Iván Martínez, el edil que abandonó la formación naranja para abrazar la fe de la azulilla (en términos políticos). Bromas aparte, lo trascendente en este embrollo es que Albert Rivera ya tiene a una mujer, de armas tomar, en el punto de salida de una carrera que tiene como principal meta el tan ansiado bastón de mando. Entre bambalinas quedan los movimientos internos, con tensión incluida, que hicieron lo posible para que no fuera ella la aspirante a un puesto con más espinas que rosas.

Está comprobado que es una moda, como otra cualquiera, eso de que haya varias corrientes dentro de una misma fuerza política. Ciudadanos, el quinto partido más votado en la provincia en las últimas elecciones municipales y con visos de avances de vértigo en las que se avecinan, no iba a ser menos. Hay división en el seno de una estructura prácticamente nueva y, como en las mejores familias, hay quienes piensan que lo que sabe la mano derecha no tiene por qué saberlo la izquierda. Y, como resultado, quienes hicieron lo habido y por haber porque no fuera María Cantos la candidata se enteraron por los medios de comunicación de un secreto a voces. No fue, sin lugar a dudas, el día que ella esperaba cuando soñaba con ser la aspirante a un sillón que, por otro lado, incomoda. No está el horno para bollos en un Ayuntamiento endeudado hasta las trancas. El caso es que la abogada de profesión, “nacida” en el movimiento vecinal, tuvo un mal día en la puesta de largo de su candidatura. A la confusión de la oficialidad de las primeras horas, puesta en duda desde Andalucía con nocturnidad y alevosía, se unió un vídeo viral y sin derechos de su autora que corrió como la pólvora en las redes sociales. Imágenes y sonido hacen del trabajo audiovisual una perfecta campaña que lanzará a María Cantos al estrellato. ¿Para qué sirven los mupis y las vallas publicitarias cuando hay bandas sonoras preparadas para ayudar al cambio? Y, además, gratuitas.

Mucho tiene que ver el “no cambié, no cambié” del meditado vídeo con toda una corriente en contra de que sea ella, y nadie más que ella, la cabeza una candidatura que peleará con uñas y dientes para formar gobierno en la capital. Por una parte, hay que tener en cuenta que los tres concejales fugados o expulsados de Ciudadanos sentaron un mal precedente y, por lo tanto, hay que andarse con pies de plomo para que no se repita la historia. Y, por otra, tendrán que cambiar las tornas una barbaridad para que no sea María Cantos la que tenga la llave de la gobernabilidad en la resaca electoral del 26 de mayo. ¿A quién respaldará si el escenario es el que todos presagian? En Andalucía quieren extrapolar el modelo político implantado a los ayuntamientos y, sin embargo, quienes conocen a la candidata a la Alcaldía de Jaén saben que, aunque está más “centrada” políticamente que nunca, los palos y las críticas van en una dirección contraria a un posible entendimiento con el Partido Popular. El Comité de Pactos tendrá la voz cantante. Ahí estará el “quid de la cuestión”.