A menos de 100 días

02 ago 2018 / 08:29 H.

Amenos de 100 días del Gobierno, ya podemos evaluar su evolución y el ritmo que van tomando los acontecimientos del Ejecutivo en su gestión. Pues bien, en esta ocasión, se constata que hay signos muy favorables que nos hablan de un buen hacer y una mejor voluntad. Lo confirman los índices de voto en las encuestas, además, y el PSOE está subiendo como la espuma. Si aprovecha la oportunidad, volverá a gobernar, esta vez legitimado por muchos más diputados. Lástima, todo hay que decirlo, que se hayan puesto más socialistas y más rojos que nunca en ninguna otra legislatura, de todas las que disfrutaron con mayorías absolutas o suficientes desde Felipe González a José Luis Rodríguez Zapatero. Pero bueno, no metamos el dedo en la llaga, porque eran otros tiempos, otras circunstancias, y ahora estamos en lo que estamos. Las noticias que vienen a diario por diferentes medios no pueden ser más alentadoras. De todos los frentes que han abierto, hay varios que especialmente me atañen y preocupan, aunque hay que decir bien alto y claro que no se veía un esfuerzo de tan considerables características por parte de un Ejecutivo desde hacía mucho. Se ha acabado esa inercia a la que nos acostumbró el señor Rajoy, con su habitual manía de dejar hacer y no intervenir, dándole sabrosos réditos electorales, y que es típica de la derecha neoliberal que busca devaluar y desgastar el Estado para que el mercado se desregule y siga su curso, como si tuviera un curso propio. Es posible que no se derogue la Reforma laboral del PP, pero se acometerán transformaciones importantes. En Política Territorial, por ejemplo, se ha emprendido un diálogo que seguro que fructificará en algo, si bien a los nacionalistas catalanes será difícil contentarlos, que ya conocemos su doble juego: mientras en Madrid piden más a cambio de silencio, en Cataluña claman al cielo haciéndose las víctimas. Así seguirán hasta que se articule una ley y un sistema que los deje calladitos durante más años, porque podría afirmarse que respecto a Cataluña está todo por hacer. En Educación se van a reforzar las humanidades, y ya era hora, en un currículo que había eliminado de la Enseñanza Secundaria la literatura hispanoamericana. ¿Qué seríamos sin Vallejo, Neruda, Borges, Cortázar o García Márquez? También se va a ver beneficiada la filosofía, tan necesitada y necesaria, y en general se aumentarán los docentes, se bajará en el aula la ratio de alumnos, etc. Asignaturas como religión dejarán de contar, y se ha bajado el corte para las becas, haciéndolas más accesibles a todos, los buenos y los no tan buenos. Algo más que intenciones. En Cultura tampoco se han quedado quietos, y el nombramiento de Luis García Montero al frente del Instituto Cervantes nos ha dado una enorme satisfacción a sus lectores, admiradores y amigos. No quisiera olvidar el asunto de la inmigración, porque España fue siempre un país exportador de inmigrantes, todavía se recuerda, y nunca ha trapicheado con esa demagogia. Así que ojo a Rivera y Casado, que quieren rascar por ahí... También en esto Pedro Sánchez está dando una lección de humanidad, que tanta falta hace, ante Europa. Se acaba el artículo y apenas he podido enumerar algunas de las cosas decisivas que se están poniendo en marcha, pero podría citar más. Todo el mundo ve lo que está pasando. Han generado ilusión, y yo me alegro.