Refuerzo policial tras los incidentes en Linares-Baeza

02 may 2018 / 16:31 H.

Más de una treintena de efectivos procedentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), ambas con sede en Granada, se han desplazado hasta el municipio jiennense de Linares para reforzar la presencia policial tras los sucesos del pasado 28 de abril donde efectivos de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil resultaron heridos de diversa consideración en un enfrentamiento con miembros de un clan de la Estación de Linares-Baeza.

Fuentes de la Policía Nacional han indicado a Europa Press que el objetivo de este refuerzo ha sido garantizar la seguridad de todos los vecinos que viven en la Estación de Linares-Baeza, así como restablecer el orden e impedir que surjan nuevos episodios después de que el altercado acabara con siete personas detenidas, dos de ellas ya en prisión preventiva.

Los cinco detenidos restantes fueron puestos en libertad con cargos y con medidas cautelares como la de no poder entrar en el municipio de Linares, de ahí que el refuerzo policial vaya también destinado a garantizar el cumplimiento del destierro por parte de los encausados.

Las mismas fuentes han señalado que con el incremento de la presencia policial se espera que no se vuelvan a repetir más episodios violentos, mientras prosigue la investigación y no se descartan nuevas detenciones relacionadas con este suceso.

Precisamente, el director general de la Policía, Germán López Iglesias, visita este miércoles las dependencias policiales con el fin de entrevistarse con los agentes heridos en la intervención policial del pasado día 28. El fin de esta visita es, según las mismas fuentes, “saludar y visitar” a los agentes que intervinieron directamente, especialmente a los cuatro policías nacionales que resultaron heridos.

El suceso tuvo lugar sobre las 23,00 horas del pasado sábado cuando tres patrullas de la Policía Nacional se disponían a realizar un control rutinario de seguridad en la Estación Linares-Baeza, una zona conocida por el tráfico de drogas.

Fue entonces cuando una de las tres patrullas se adelantó al ver pasar un vehículo de alta gama conducido por un cabecilla de uno de los clanes que se saltaba un ceda el paso por lo que comenzó la persecución. En un momento dado, en la calle Vista Alegre, el coche se paró y el vehículo policial quedó encajonado con otro vehículo que para justo detrás.

A partir de ese momento, los agentes se vieron rodeados tanto por los ocupantes del vehículo como por más de medio centenar de vecinos que salieron en apoyo de los mismos. Pese a ello, consiguieron pedir refuerzos.

Cuando llegaron los refuerzos intentaron defender a sus compañeros y comenzó una auténtica batalla de campal, definida así por la propia Policía, con lanzamientos de piedras, golpes, amenazas y hasta disparos al aire por alguno de los agentes con el objetivo de restituir el orden.

Finalmente, la Policía detuvo a un padre y a dos hijos, presuntos cabecillas de uno de los clanes de la droga de la zona. Uno de los tres detenidos, en concreto el padre, iba con una brecha grande en la cabeza por la que tuvo que ser trasladado al Hospital San Agustín de Linares. Fue en este enfrentamiento donde también resultaron heridos dos agentes de la Policía Local ya que fueron varias patrullas de este cuerpo las que se trasladaron a la zona para prestar refuerzo a la Policía Nacional.

En el hospital se vivió el segundo de los momentos de tensión de la noche ya que el detenido herido, según fuentes policiales, acabó agrediendo también a dos agentes. Ya en el centro hospitalario, agentes de la Guardia Civil procedentes de toda la provincia se encargaron de vigilar el centro para evitar que familiares y allegados accedieran a su interior con el fin de liberar al detenido. En los enfrentamientos del hospital se produjeron otras cuatro detenciones.