Un “claustro” de maestros

José Andrés Navarro, “El Andujano”, en Baeza, y Curro Martínez, Joselito Rus y Antonio Sutil en Jaén componen el “cuerpo docente” de las escuelas taurinas jiennenses en la actualidad

02 dic 2018 / 11:28 H.

El Nobel Steinbeck consideraba grandes artistas a los buenos docentes, un oficio que, curiosamente, comparte denominación —la de maestro— con los profesionales de la enseñanza y aquellos que son considerados “de relevancia en su clase”, según el diccionario de la RAE, que por cierto no recoge el significado taurino que es frecuente escuchar en las plazas.

Como en el flamenco y como en tantas otras disciplinas, los componentes de una generación en lo que el crítico taurino del pasado siglo Antonio Díaz Cañabate bautizó como el planeta de los toros deben gran parte de sus cualidades a la asimilación y reinterpretación de las que conocieron en sus predecesores. Una tarea que, con el nacimiento de las escuelas de tauromaquia —que se remonta a 1830 pero que no se generalizó hasta la segunda mitad del XX— puso a disposición de los aspirantes a vestir de luces las “lecciones”, de tú a tú, de quienes, una vez retirados de los ruedos, optan por compartir su experiencia en estos centros.

En el caso de las escuelas de la provincia de Jaén, son cuatro los monitores que ejercen la docencia, todos ellos con trayectorias profesionales contrastadas como matadores o subalternos. José Andrés Navarro, “El Andujano”, tomó la alternativa en el año 1995, temporada en la que toreó cuatro corridas y tres festivales, festejos en los que obtuvo triunfos. Las complicaciones de una profesión “tan difícil” —asegura— como esta lo obligaron a cambiar el oro por la plata y, en 1999, entró a actuar como banderillero en diversas cuadrillas. Es hijo del matador de toros iliturgitano del mismo nombre.

La Escuela Cultural de Tauromaquia de Jaén, por su parte, cuenta con tres profesores, el matador de alternativa Francisco Diego Martínez Sánchez, “Curro Martínez”; Jose Rus Álvarez, “Joselito Rus”, exnovillero con caballos y, actualmente, banderillero y peón de confianza del diestro Cayetano Rivera Ordóñez; y Antonio Sutil Sánchez, ex novillero sin caballos.

Curro Martínez, alicantino de nacimiento, de 1975, sabe bien lo que es una entidad como en la que presta sus conocimientos; no en vano, fue alumno de la escuela taurina Manuel Benítez “El Cordobés” del Círculo Taurino de Córdoba. Debutó con picadores el día 28 de febrero de 1997 en Estepona (Málaga) y tomó la alternativa el día 15 de agosto de 1999 en Briviesca (Burgos), con Fernando Cepeda y como padrino y de testigo, el malagueño Javier Conde, un festejo en el que logró las dos orejas del animal que le tocó en suerte. La confirmación de la alternativa en Madrid le llegó en 2003 y, tras una carrera llena de buenos momentos, se retiró del toreo activo en 2008. Sobre él recae, a día de hoy, la dirección artística de la escuela jiennense.

Joselito Rus es el único profesional que, en estos momentos, continúa su actividad. Concretamente, el banderillero está a las órdenes de uno de los diestros más mediáticos del escalafón, Cayetano Rivera, hijo del malogrado Paquirri, sobrino nieto de Luis Miguel Dominguín y nieto del rondeño Antonio Ordóñez. Rus, que como el resto de sus compañeros enseña de manera “totalmente desinteresada”, recuerda: “Llevo siete u ocho años, me dijeron que la iban a cerrar y me decidí. Los inviernos que estoy aquí, como este, que no he ido a América, me viene bien para seguir preparándome”, aclara, y añade: “Al principio me lo pensé, porque requería el tiempo que tengo para estar con la familia o descansar y esto exige acompañar a los alumnos y seguirlos; no lo veía esto de enseñar tan pronto, quizá más adelante, pero luego lo medité y he logrado compaginarlo; me gusta mucho, sobre todo estar con los más pequeños”, concluye.

Antonio Sutil, jiennense de 1980, fue alumno de la escuela taurina que ahora dirige. Toreó sin caballos, acompañó en su cuadrilla al rejoneador de Jaén Álvaro Montes y, llegado el momento y ante la falta de contratos y perspectiva, decidió cortarse la coleta definitivamente.

Cuatro nombres propios del toreo de aquí que, enamorados de su vocación, reparten la experiencia atesorada entre sus alumnos.