Melés que guían a la gloria

Exentrenador del Jaén Rugby

24 abr 2017 / 18:42 H.

El escenario de las primeras melés y placajes no era el más apropiado por el pésimo estado del terreno de juego de un campo destartalado del antiguo Colegio Universitario, pero un joven grupo de 18 jugadores empezó a practicar el rugby en el año 1988 de la mano de Miguel Sáinz. Ahí se fraguó la creación del CAU Jaén, el actual Jaén Rugby, una entidad que, a base de trabajo y paciencia, es un referente en Andalucía. El balón ovalado tomó protagonismo, pese a que hace casi tres décadas se les miraba como “bichos raros” en un deporte con una gran tradición universitaria en Sevilla, Granada y Málaga. Ellos solo estaban interesados en progresar y adquirir los conocimientos necesarios para federarse en el futuro.

Un año después, en 1989, llegó un momento histórico con el primer partido oficial ante el Universidad de Almería en el Trofeo Rector de Granada. Eduardo Sánchez Godoy, presidente del Jaén Rugby, y jugador del equipo de la capital en aquella época, rememora el partido. “Lo tengo grabado en la memoria como si se hubiera disputado ayer, pero ya hace 28 años. Ahí empezamos una historia que sigue vigente con un proyecto sólido y en el que todo el mundo tiene protagonismo”, se congratula el dirigente, que tenía como compañeros a Pedro Víbora, Octavio Tornero o Lorenzo Mollinedo, personas claves en el rugby jiennense. Los primeros años de vida del rugby en la capital estuvieron marcados por la falta de una instalación específica para entrenar y jugar los partidos. Ahí empezó un peregrinar por diversas instalaciones, como el Sebastián Barajas, Las Fuentezuelas, Torredonjimeno, Torredelcampo, La Guardia, Martos, Los Villares y Motril. En el municipio granadino tenían que jugar como locales a 174 kilómetros de su sede natural. La ilusión podía con las carencias estructurales, aunque al banquillo llegó un técnico que impuso su experiencia y conocimientos, como fue José Miguel de la Torre. El rugby estaba en plena expansión y uno de los momentos culminantes se produjo el 28 de febrero de 1995, cuando el mítico Estadio de La Victoria fue el escenario de la Copa de Andalucía. La puesta en escena resultó espectacular con una campaña de promoción que originó que el campo registrara una excelente entrada. El prestigioso Monte Ciencias se impuso por un claro 70-14 al Universidad de Sevilla y en ese encuentro fue juez de línea el presidente del Jaén. “Este partido significó un antes y un después para nuestro deporte”, indicó Eduardo Sánchez Godoy. Como en toda familia, los problemas surgen y una serie de diferencias motivaron una escisión, de la que surgió el Sporting Rugby en 1997. Tanto el CAU como este club convivieron en la ciudad hasta que, en 2003, se fusionaron y se creó el actual Jaén Rugby. Desde entonces y hasta la fecha actual, el club trabajó en el firme propósito de contar con un campo propio para asentar su estructura. Fueron años de lucha y de reivindicaciones, aunque la nota positiva es que el colectivo compartió sede con La Carolina, un municipio en el que completó un excelente trabajo con un balance satisfactorio en todos los sentidos. Llegó a militar en División de Honor B y solo las dificultades económicas impidieron continuar en la categoría, pese a contar con jugadores contrastados de nacionalidad rumana: Emil Frasina, Vasile Iorga y Silviu Nichescu, además de un técnico de este país, Cesar Ciobanu. Otra cita histórica para el club fue 2007. El Jaén Rugby se clasificó para disputar la final de la Copa de Andalucía ante el Cajasol-Monte Ciencias y el partido se disputó en el Estadio Ramón Palacios de La Carolina con victoria sevillana por 12-38. Ahí se despidió como jugador Eduardo Sánchez. “Tuve la oportunidad de ser juez de línea en el 95 y en el 2007 retirarme como jugador con mi equipo de toda la vida. Fue algo especial por el significado del partido”, admitió. Ese compomiso fue otro punto de inflexión en la historia del rugby, porque, 12 meses después, se contó con la instalación soñada, como es el campo de Las Lagunillas, donde el club, desde 2008, vive momentos dorados con un trabajo que es reconocido.

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Lo ha sido todo en el rugby de la capital y de la provincia. Su tarjeta de presentación destaca, por encima de todo, la pasión que ha transmitido en un deporte que hace casi tres décadas era desconocido en la capital. José Miguel de la Torre tenía experiencia por haber practicado el rugby. Esos conocimientos fueron lo que motivaron que un grupo de jóvenes recurrieran para que los entrenara. Ellos daban sus primeros pasos con el CAU, el germen del actual Jaén. De la Torre quiso verlos en acción en un encuentro impresión, pese a la clara derrota, resultó positiva. “Me cautivó de ellos la lucha y las ganas de progresar que exhibían en el terreno de juego. Esos argumentos me convencieron para dar un paso al frente y convertirme en su entrenador”, destacó. Él empezó una carrera paralela con sus jugadores, ya que buscó progresar. Aprobó los cursos de nivel I y II de técnico, se convirtió en colegiado y en delegado provincial de la Federación Andaluza. También comenzó un peregrinar para encontrar una instalación digna para realizar los entrenamientos. “Quedábamos citados en Las Protegidas y en cuatro o cinco coches nos trasladábamos al campo del Puente Tablas para entrenar. No teníamos luz y era una odisea ejercitarnos”, recordó José Miguel de la Torre. Igualmente, rememoró cuando empezaron las sesiones de entrenamiento en Las Fuentezuelas. “No suministro eléctrico y compramos unos focos para trabajar. Fueron tiempos duros, pero me queda la satisfacción de que sentamos las bases para que el club creciera de forma espectacular. Hoy en día es un referente por la labor que realiza en todas las categorías”, comentó De la Torre. Otro de los momentos claves fue la celebración de la Copa de Andalucía en Jaén en el año 1995. “Se dio un paso importante para promocionar el rugby en Jaén y la provincia, con una asistencia masiva de aficionados en La Victoria”, indicó.