Juegos de mesa en familia

Una de las opciones preferidas por muchas familias para hacer un regalo son los juegos de mesa. Estos tableros proponen no solo un tiempo de diversión diferente, sino un rato en compañía de los más queridos que se puede convertir en una cruda batalla por la deseada victoria. Y es que las ganas de alzarse como el indiscutible ganador no entiende de lazos familiares.

Los juegos de mesa son otro de esos clásicos que no pueden faltar en un regalo de reyes y que llevan incontables años en el mercado. Su evolución ha sido constante a lo largo de la historia y, desde la empresa Devir, distribuidora de juegos como “Catán” o “Código Secreto”, afirman que, en los últimos veinte años, el juego de mesa “siempre se mantuvo estable”. Joaquim Dorca, director de Marketing de Devir, explica que dentro de esta evolución cabe destacar que, anteriormente, se vendía más como regalo que como verdaderamente una actividad. “El gran cambio que ha habido ahora es que los juegos de mesa que salen, tanto los que hacemos nosotros como las demás marcas, se juegan casi diariamente. Esto es un cambio que ha hecho que el mercado suba desde hace tiempo, ya que son una de las pocas cosas que las familias tienen para estar juntas”, sostiene. Así, hace referencia a que el mercado de este sector no crece solo “porque los editores sean muy listos o hagan grandes juegos”, sino porque responde a una necesidad social de la gente para estar con gente, para juntarse. “Esta es la mayor potencia de los juegos de mesa. Si no fuera así, los adolescentes se quedarían encerrados en su cuarto y no se les ofrecería nada para hacer conjuntamente. Si se les da un juego de mesa bueno lo sacas de allí”, comenta. De esta forma, indica en que todos aquellos que probaron los beneficios de los juegos de mesa vieron los resultados e insiste en que responde a esa “necesidad social de la gente de estar con personas de manera presencial y fuera de las pantallas”. Con los juegos de mesa Dorca también asegura que se consigue fomentar la creatividad de toda la familia mientras están juntos alrededor de la mesa, “algo que pasa cada vez menos”. Expone que con estos juegos se puede luchar “contra muchas cosas, no solo contra las pantallas”. “Pelea contra las actividades extraescolares, que lo que hacen es hacer de canguro de los niños. Y ya hay algunos que están viendo que es mucho mejor estar con ellos”, dice Dorca.

Por su parte, a los niños les pueden aportar, sobre todo, la capacidad de aprender a ganar y a perder. “Esto es muy importante, porque si no, a los niños les estamos diciendo que vivimos en los ‘mundos de Yupi’, que lo pueden tener todo. Pero la realidad no es así. Que los niños pierdan es bueno y que ganen es fantástico”, señala el director de Marketing de Devir. Además, también sostiene que se les enseña a seguir un reglamento, unas normas; así como a ser iguales entre ellos. “En los juegos de mesa da igual que sean niños o niñas. Es una cosa donde hay una igualdad real y esto es un valor súper importante. Obviamente, también cabe destacar el prestar atención a una cosa conjuntamente con amigos o con la familia”.

Una de las ventajas que también se desprende de los juegos de mesa es que los hay para todos los gustos. De intriga, de complicidad, de velocidad, de estrategia... El grupo Devir lleva más de 15 años ofreciendo al público centenares de juegos diferentes para todas las edades. Además, hay dos momentos en los que los juegos de mesa se convierten en la mejor forma de pasar el tiempo en familia y con amigos, que son la Navidad y el verano, ya que son las fechas en las que estos disponen de más tiempo para pasar juntos. El público mayoritario son jóvenes adultos, tanto grupos de amigos como parejas. Eso sí, las mujeres “asaltaron” este mercado en los últimos años. Los valores que se fomentan con los juegos de mesa son el reconocimiento del otro, la igualdad, la diversión, la sociabilidad, el reto, el compañerismo y la competitividad. En definitiva, una propuesta diferente que promueve una conexión entre las personas en la que no son necesarias ni una red wifi ni el uso de los datos móviles. Natural, interpersonal y cercana.