Cuidadores de los que cuidan

Presidente del Consejo General de Enfermería

13 may 2018 / 11:02 H.

El Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén “está en racha”. Solamente en lo que va de este año 2018, la entidad colegial más numerosa de toda la provincia —cuenta con casi cuatro mil colegiados—ha tenido que buscarle hueco, en su sede capitalina de la calle Sefarad, a un buen número de trofeos, que encarnan el reconocimiento general de la sociedad a un colectivo que, en el Santo Reino, es, en el más amplio sentido de la palabra, una institución.

La Bandera de Andalucía, el Premio de la Provincia, otro galardón del Colegio de Enfermería de Cádiz, la Gran Cruz de Oro de la Enfermería... y el Premio Jiennense del Año 2017 de Diario JAÉN en el apartado de Sociedad, un reconocimiento cuya concesión, a principios del pasado mes de abril —cuando fueron proclamados los elegidos en las diferentes modalidades—, los colegiados conocieron y acogieron “con satisfacción”, en palabras del presidente de la entidad que cuida de los que cuidan, José Francisco Lendínez: “Agradecemos profundamente a Diario JAÉN este inmenso honor”, dijo, y añadió: “He sido miembro del Jurado de los Premios Jiennenses del Año en muchas ocasiones y sé lo difícil que resulta elegir a los ganadores entre tantos candidatos merecedores del galardón”.

“Algo tiene el agua cuando la bendicen”, reza el refrán. Y vaya si lo tiene. Cien años, todo un siglo de actividad incansable, dan para mucho, y las numerosas generaciones de enfermeros del mar de olivos que, desde 1918 hasta hoy, han escrito —y ahí siguen— las memorias cotidianas del colegio, han dado —y dan— lo mejor de sí mismas para que su profesión, vocacional como pocas, goce de la consideración a la que se ha hecho acreedora. De aquellos comienzos, a las puertas de los felices años 20, sabe mucho Manuel Cabrera, autor del libro que desgrana la historia de la entidad colegial jiennense: “La primera enfermería que había era religiosa, sobre todo, y de hombres, aunque también había mujeres”. El concienzudo trabajo de Cabrera da cuenta del nacimiento y la trayectoria de este colectivo, tan arraigado en el paisaje y entre el paisanaje de aquí que, como anunció el alcalde de Jaén, Javier Márquez, no tardará en lucir en sus vitrinas la Medalla de Oro de la Ciudad y que cuenta, incluso, muy cerca del Hospital Neurotraumatológico de la capital, con una rotonda rotulada con su nombre y presidida por un monumento alegórico sobre la profesión, desde el año 2011.

Todo un logro, nada fácil de alcanzar, este de que el Ilustre Colegio Oficial de Enfermería visibilice la presencia de la profesión por la que vela hasta en el mapa urbano de la capital de la provincia, pero no el único. Cada día que amanece en los ojos de estos “ángeles con zapatos cómodos” —como califica una definición anónima a quienes se dedican a cuidar de los demás— es bueno para engrandecer su trabajo, imprescindible, entregado, nobilísimo. Y ahí está el colegio para, a la vez, cuidar de los que cuidan, procurarles cobertura jurídica, dar respaldo a su labor, formación e información y, en definitiva, para velar por sus intereses, sin olvidar su atención a las competencias que deben acreditar estos profesionales, de cuya supervisión se encarga un comité deontológico.

Así, los miembros de la institución que agrupa a los enfermeros de la provincia reciben asesoría laboral, civil y jurídica y disponen de un plan anual formativo continuo, gratuito, desarrollado a través de expertos universitarios en colaboración con instituciones académicas superiores, y que trasciende las fronteras de la ciudad para convertir en escenarios de sus programas al resto del territorio jiennense, además de una plataforma de preparación para oposiciones. A ello se suman los ya tradicionales certámenes nacionales de narrativa, investigación, pintura y fotografía, que atesoran gran prestigio entre los de su naturaleza en España y que, cada año, engrandecen el patrimonio artístico, literario y científico del colegio, del que disfrutan también sus componentes.

“este colegio nos llena de orgullo”