SuperPerfumerías huele a quiebra

Fracasa el último intento de salvar algunas de las 36 tiendas que tiene abiertas

22 feb 2019 / 08:45 H.

SuperPerfumerías huele a quiebra. Su futuro tiene mala pinta, ya que la compañía —hace tres años era una de mayores sociedades de Jaén en volumen de facturación— se encuentra en una situación de bloqueo que bien se asemeja a un “callejón sin salida”. No obstante, esto es lo que tiene que dictaminar el Juzgado de lo Mercantil de Jaén, que tiene el asunto pendiente de resolución o, lo que es lo mismo, que el magistrado tome una decisión.

Hay tres empresas que han instado el concurso de acreedores para Francisco Suárez S. A., que es la empresa matriz que sostiene la marca SuperPerfumerías y un importante grupo de pequeñas sociedades, que son las que tienen la propiedad de las tiendas, como Jara División S. L. o Nikoping Develops, entre otras. No obstante, los nuevos propietarios de SuperPerfumerías, según ha podido confirmar Diario JAÉN, realizaron un escrito de oposición al concurso de acreedores. Llegaron a finales de 2018 y, hasta ahora, han intentado encontrar un camino hacia la viabilidad de la compañía.

La principal baza fue una operación de venta de algunas de las tiendas. Esta operación se gestó con la idea de intentar dar viabilidad a algunos de los comercios y, a la par, mantener el mayor número de puestos de trabajo. Super Perfumerías negoció con un grupo vinculado al sector de la cosmética que tiene presencia en buena parte de España y su sede social en Castilla y León. Hasta hace poco, era uno de sus competidores. En cambio, las negociaciones se entablaron para intentar deshacerse de comercios y trabajadores, lo que conllevaría evitar que algunas tiendas cayeran arrastradas por el agujero de la deuda que mantiene la sociedad matriz de SuperPerfumerías. A cambio, el nuevo grupo encontraba comercios en zonas estratégicas de grandes ciudades y una plantilla bien formada para competir en una actividad que conocen sobradamente. Sin embargo, a día de ayer, las conversaciones se encontraban totalmente rotas, por lo que esta vía se comienza a descartar.

el panorama. El futuro de SuperPerfumerías pinta mal. Cuenta con una deuda importante y los principales distribuidores de cosmética y perfumes —son muy pocos— no confían en el cobro, por lo que han dejado de suministrarles productos. Aun así, hay 150 empleados —la mayoría mujeres— que cada día levantan con pasión y esperanza la persiana de alguna de las 36 tiendas que todavía tienen abiertas. Además, no se ha podido pagar la nómina de enero, al igual que una parte de la paga extraordinaria de la Navidad. Los nuevos compradores han intentado mantener a la plantilla al corriente, pero ya el grifo de la liquidez comienza a tener problemas.

SuperPerfumerías contaba con 63 establecimientos comerciales y con una plantilla de 350 trabajadores. No obstante, en la última semana, la situación económica le ha obligado a cerrar tiendas y a aligerar la plantilla para intentar sobrevivir. La operación de venta de algunas, que le hubiera dado algo de aire, también ha fracasado. De ahí que se trata de una empresa que comienza a oler a quiebra, pese a que llegó a ser una cadena comercial fácilmente identificable por buena parte del país y con sede social en la provincia de Jaén. Parece tremendamente complicado que pueda “escapar viva”.

Claves de una marca que nació en 1982

34.532.096 euros de facturación

La matriz de SuperPerfumerías facturó 34.532.096 euros durante el ejercicio 2015. Fue una de las empresas con mayor volumen de negocio de la provincia durante años gracias a una cadena comercial tremendamente consolidada y una plantilla muy profesional para la venta de perfumes y cosméticos.

Denuncias de las extrabajadoras

La plantilla de SuperPerfumerías se ha aligerado rápidamente en las últimas semanas. Se ha pasado de 350 puestos de trabajo a alrededor de 150 que todavía quedan, aunque su futuro resulta tremendamente incierto. De ahí que muchos despachos de abogados laboralistas conocen bien el asunto e, incluso, trabajen ya en él. Hay muchas extrabajadoras que ya han comenzado los trámites legales para exigir una compensación justa a sus años de trabajo. De hecho, la empresa ya cuenta con sus comunicaciones y con solicitudes para los actos de conciliación.

Los últimos despidos se han hecho con una carta en la que se reconoce la cuantía del finiquito, pero la empresa no cuenta con liquidez para poder pagarlo. Además, a esto se une que existen trabajadoras que no han cobrado parte de la paga extraordinaria ni la mensualidad de enero. De ahí que muchas ya se han puesto a trabajar para reclamar el dinero que se les adeuda. Parece que el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) tendrá que actuar con salvavidas.