Las moscas que están por venir

Los olivareros temen una plaga y se preparan para proteger su cosecha

25 ago 2018 / 11:16 H.

Hay millones de moscas que están por venir. Los agricultores lo saben y tienen mil ojos puestos en el campo. Aquí no hay zapatilla que valga para proteger la aceituna, sino que se han de utilizar métodos bastante más drásticos. Ya Antonio Machado las definió bien como: “Inevitables golosas, que ni labráis como abejas, ni brilláis cual mariposas; pequeñitas, revoltosas”, aunque en esta ocasión parece que van a ser bastante fastidiosas.

El biólogo y secretario general de COAG, Juan Luis Ávila, señala: “Los olivareros están atentos para ver la evolución que tienen en estos próximos días. Se dan circunstancias para prever que podemos tener una alta incidencia de mosca en el olivar porque hemos tenido un verano con temperaturas suaves, que favorecen la cría, puede que refresque en septiembre, y además la aceituna tiene bastante calibre, por lo que se favorece la reproducción”.

La mosca del olivo se muestra como uno de los problemas más serios que tiene el cultivo respecto a las plagas. Hay zonas, como las de sierra, principalmente, en Segura, en las que se ha convertido en un problema endémico, por lo que los agricultores se unen para hacer tratamientos con avionetas para frenar la plaga. No obstante, la mayoría de las fincas cuentan con sistemas de trampeo, que les permite tener una idea de la población de mosca que existe en la finca.

El problema no es que la mosca habite en el olivar, sino los daños que produce. Estos insectos se dedican a picar la aceituna para criar, por lo que el fruto lo daña y acaba cayéndose. De hecho, una alta incidencia de picada puede dar al traste con la cosecha. Su manera de volar por la provincia es curiosa. Estos insectos buscan campos de olivar frescos para protegerse de las altas temperaturas. De ahí que los agricultores más afectados, cada año, sean los de las sierras, ya que las moscas buscan la montaña porque allí hace más fresco. Además, existen otras zonas, como, por ejemplo, Canena o La Yedra, en las que existe un microclima bastante agradable. Los olivareros de allí lo saben bien y se encuentran atentos.

La evolución del insecto dependerá mucho de las temperaturas de los próximos días. Si refresca, harán más daño. Si continúa el calor, se notarán, pero menos. De ahí la importancia de mirar los sistemas de trampeo.

La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía indica que la actividad que presenta la mosca del olivo (Bactrocera oleae) sobre el cultivo de olivar a mediados de agosto continúa siendo muy escasa todavía. Muestra una mayor incidencia en las provincias occidentales, más adelantadas fenológicamente y en las que la aceituna lleva receptiva más tiempo. Hay que tener en cuenta que las altas temperaturas estivales no favorecen a la actividad de esta plaga.

La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía señala que se observa presencia de frutos picados en todas las provincias, aunque no en todas las zonas. Se registran unos niveles muy bajos y de forma localizada, generalmente en parcelas puntuales de variedades de aceituna de mesa más susceptibles o en zonas de sierra, que presentan temperaturas más frescas. No obstante, en Jaén, lo peor suele ser en septiembre y hasta mediados de octubre. Por el grado de incidencia destacan las provincias de Huelva y Cádiz, con una media provincia del 0’6% de picada total, respectivamente. En el resto todavía no se supera el 0’25%.

En cuanto a la picada viva, su porcentaje es muy bajo prácticamente nulo, siendo destacable el valor registrado en la provincia de Málaga, en torno al 0’2% de picada viva. En el resto no se supera el 0’1%. Respecto al vuelo de adultos, la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía apunta a que, de forma general, que los mayores índices, como es habitual en el periodo estival, se registran en las zonas de sierra, lugares más frescos que en las campiñas, en las que este díptero presenta una mayor actividad y fertilidad debido a la temperatura más suave y mayor humedad relativa.

Los tratamientos. Para la realización de tratamientos fitosanitarios en el control de este agente, en caso necesario, y conseguir una mayor efectividad, se aconseja la mezcla con atrayentes del tipo feromonas o proteína hidrolizada.

Por otro lado, existen diferentes métodos de trampeo masivo que son recomendables en el control poblacional de este agente cuando la intensidad de ataque no es elevada, se trata de colocar trampas cebada con atrayentes o con fosfato biamónico empleando una densidad por hectárea que dependerá de cada fabricante o del técnico correspondiente. Se aconseja vigilar el cultivo, observando la evolución de este insecto, tanto cuantificando las poblaciones de adultos en trampas, como la presencia de aceitunas picadas, mediante la realización de muestreos de frutos.