“Hay que echar a todos los moros”

En libertad los tres detenidos por apalear a un inmigrante al que culpaban de un robo

14 nov 2018 / 11:12 H.

Queridos hermanos. Os comunico que la noche del ‘hargüen’ esa (sic), será el miércoles por la noche en la plazoleta a las diez de la noche, que tenemos que entrar en la guardería a echar a tos los moros, a palos con ellos por robar a un vecino de la PDV. Es imprescindible que os llevéis capucha, guantes, armas blancas y una buena garrotica”. Ese es la grabación de audio, de 28 segundos de duración, que fue enviada en la tarde del pasado 30 de octubre por Juan Miguel V. C. a un grupo de “whasapp” del que forman parte vecinos del Polígono del Valle (de ahí lo de PDV).

Según la Policía, el mensaje sirvió como llamamiento para dar una brutal paliza a un grupo de jóvenes marroquíes como venganza por haber atracado a un anciano del barrio, un robo en el que las víctimas no tenían nada que ver. Según el autor de la grabación, ese mensaje fue “una broma”: “Es posible que alguien me hiciera caso”, relató el detenido cuando la juez Carmen Ballesteros le preguntó. También rechazó que esa grabación fuera la reacción por el atraco sufrido por un anciano del barrio unos días antes. Juan Miguel V. C., de 38 años, está considerado por los investigadores de la UDEV como el instigador de la agresión sufrida por los jóvenes marroquíes en la noche de Halloween. Una de las víctimas ha perdido uno de sus dedos y tuvo que recibir más de una treintena de puntos de sutura para cerrarle la herida que le hicieron en la cabeza. El hombre negó haber participado en la paliza.

Lo mismo hicieron los otros dos detenidos por la Policía, José Manuel G. C. y Manuel H. C. Los tres presentaron coartadas a su señoría, que los dejó en libertad con cargos. En principio, se les acusa de un delito de lesiones con la agravante de estar cometidas por motivos racistas. No se descarta que haya nuevas detenciones en los próximos días.

¿Cómo llegan los investigadores hasta los tres detenidos? El atestado policial, al que ha tenido acceso Diario JAÉN, da las claves. Explica que uno de los arrestados, José Manuel G. C., un joven de 20 años, fue testigo presencial del robo al anciano. Los agentes aseguran que, desde el primer momento, relacionó este hecho “con los magrebíes que duermen en la guardería”. Ese es el primer hilo del que tira la Policía y es así como se relaciona la paliza con el atraco.

Además, se da la circunstancia de que dos de los jóvenes marroquíes identifican a José Manuel G. C. y aseguran que fue uno de los quince o veinte jóvenes que, la noche de Halloween, participó en la agresión. Las víctimas también reconocen a Manuel H. C., de 38 años. Dicen que tomó parte en la paliza y que, antes de que ocurrieran los hechos, lo vieron en una reunión en la Plaza Luz del Valle.

Los investigadores consideran que Juan Miguel V. C. es el instigador del ajusticiamiento. En su contra está el mensaje de audio difundido en el “whatsaap” del barrio. Además, el joven marroquí que perdió un dedo como consecuencia de los golpes también identificó su voz y declaró que, “sin ningún género de dudas”, pertenecía a uno de sus atacantes.

Con estas pruebas, los agentes de la UDEV procedieron a la detención de los tres vecinos del barrio, acusados de un delito de lesiones graves. Los tres negaron los hechos y la magistrada Carmen Ballesteros, en funciones de guardia durante esta semana, decidió dejarlos en libertad. Todos presentaron una coartada a su señoría: Manuel H. C. afirma que estuvo en casa de unos familiares y que ni tan siquiera tiene instalada la aplicación de mensajería. José Manuel G. C., el más joven de los detenidos, relató que no salió de su domicilio en la noche de Halloween y que tres personas estuvieron con él en todo momento. Y, por último, Juan Miguel V. C., el autor del mensaje, explicó que estuvo acompañando a un tío suyo que vive solo en Peñamefécit. Los tres admitieron que se conocen del barrio y se definieron como “personas muy normales”. “Soy incapaz de hacer eso que dice la Policía y creo que ellos (en referencia a los otros dos arrestados) tampoco lo harían”, relató en su declaración el presunto autor de la convocatoria.

El “defensor del barrio” que reclutó una patrulla ciudadana

Juan Miguel V. C. fue el hombre que grabó el mensaje de audio en el que, literalmente, se decía: “hay que entrar en la guardería para echar a tos los moros, a palos con ellos por robar a un vecino de la PDV”. Los agentes de la UDEV aseguran de este vecino del Polígono del Valle es que es el “instigador” de la brutal paliza recibida por tres inmigrantes marroquíes y que fue perpetrada en la noche de Halloween por un grupo de entre 15 y 20 personas. La Policía sostiene que ese mensaje sirvió para reclutar una patrulla ciudadana que se tomó la justicia por su mano como represalia por el robo sufrido por un anciano unos días antes. Los investigadores han hecho gestiones sobre Juan Miguel V. C., de 38 años. Han entregado un informe a la juez Carmen Ballesteros en el que lo describen como una especie de “defensor del barrio”, al que se refiere con las iniciales PDV (Polígono del Valle). Uno de los indicios que han aportado a su señoría para intentar sostener esta teoría es un escudo que tiene publicado en sus redes sociales, que se asemeja a una placa policial con las siglas “PDVS”. Los investigadores sostienen que, tras ese acrónimo, está la expresión “Polígono del Valle Seguridad”. Juan Miguel V. C. dijo a la juez que se trata de un escudo que utiliza para identificarse cuando juega a la Play Station y que la letra “s” final no significa nada. “Yo no me considero ningún defensor del barrio”, concluyó en su declaración ante la juez antes de que la magistrada decidiera dejarlo en libertad, al igual que hizo con sus tres compañeros.

Los agentes de la UDEV hacen constar en su atestado que en la convocatoria se dice, textualmente, “a palos con ellos por robar a un vecino de la PDV”. También recuerdan la existencia de un grupo de “whatsapp” utilizado por los vecinos del barrio.

Fuentes oficiales de la Comisaría explican que consideran que esta agresión se trata de un hecho aislado y que, por el momento, no han detectado la existencia de patrullas ciudadanas creadas en ningún barrio de la capital en los que puedan registrarse problemas de seguridad.