El picudo rojo se “come” las palmeras de la capital

El barrio de las Fuentezuelas sufre las consecuencias del insecto

13 ene 2019 / 11:06 H.

En las últimas. La llegada del invierno parecía que ayudaría a las palmeras de la capital a aguantar la voracidad del picudo rojo, pero no es así. Muchas las ellas, que llevan años llenando de color el barrio de las Fuentezuelas, se encuentran en un estado crítico, y a algunas apenas les quedan unas tristes ramas. “Hace unos días hablé con algunos miembros de la junta directiva y comentamos el mal estado en el que se encuentran muchas de ellas, y aunque vemos que se realiza el tratamiento, el deterioro en este último año ha sido inmenso”, asegura Rosario Martínez, presidenta de la asociación de vecinos del barrio, a lo que añade: “Las cortezas de algunas palmeras se han caído y, en otros casos apenas les quedan algunas ramas con vida”. Las principales zonas afectadas van desde la glorieta de Blas Infante hacia la zona superior, además de la calle Europa así como Fuente de la Salud, entre otras.

Tienen constancia de que desde el Ayuntamiento se las trata pero tras todo un año observando un desgaste cada vez más acusado, desde la propia asociación les “dan muy poco tiempo de vida”. Asimismo, creen que se deberían volcar todos los esfuerzos posibles para que “unos árboles que durante tanto tiempo han estado presente en el barrio”, no terminen por desaparecer, al mismo tiempo que piden más dedicación a todas sus zonas verdes. “La verdad es que después de luchar durante tiempo por los jardines del barrio ahora vemos que están muy dejados y necesitan mucha más atención de la que reciben”, sentencia Martínez.

Pero, ¿quién es el gran culpable de que las palmeras estén en peligro? El picudo rojo. Se trata de una especie invasora que llegó a España hace unos años procedente del sudeste asiático en palmeras de importación. La principal especie a la que afecta es la palmera canaria. La larva del insecto es la que produce los daños en las distintas especies, que son capaces de devorar algunas zonas de las palmeras en apenas seis meses. En el caso de la capital, un estudio realizado por la ingeniera María Gloria Hernández, sentencia que más del 40 por ciento de las palmeras canarias están afectadas. Por otra parte, y aunque el invierno ayude a frenar la actividad del picudo rojo, “es probable que a lo largo de la primavera y el verano mueran casi todas las palmeras canarias de Jaén y los alrededores”, concluye el estudio.

Por otra parte, desde la asociación de vecinos de las Fuentezuelas también están preocupados por la situación de los pinos que hay repartidos a lo largo de los jardines del barrio. “Estos árboles están totalmente volcados y son muy grandes, nos comentaron que no los pueden tocar, pero tenemos miedo de que sople un viento fuerte y estos puedan caerse a la carretera”, asegura la presidenta. Parece que corren tiempos complicados donde el clima y la naturaleza han dejado de ser aliados.