Dos detenidos por el supuesto expolio de tres piezas íberas

Agentes de la Comisaría de Jaén realizan los arrestos en Córdoba en una operación que lleva meses fraguándose

25 abr 2019 / 11:39 H.

La Policía Nacional de Jaén ha detenido a dos vecinos del municipio cordobés de Adamuz por su supuesta implicación en el expolio de tres piezas íberas de incalculable valor patrimonial. Ambos han pasado la noche en los calabozos de la Comisaría como presuntos autores de un delito contra el patrimonio histórico, tal y como confirman fuentes cercanas al caso. Las detenciones son resultado de la bautizada como operación “Leona”, comenzada en el año 2017 y que ha permitido la recuperación de tres preciadas esculturas del siglo VI antes de Cristo y que, presuntamente, fueron expoliadas en un yacimiento de la provincia de Córdoba. Las tres obras de arte fueron recuperadas hace unos meses por la propia Policía Nacional, cuando ya habían sido “colocadas” en el mercado gracias a una documentación, cuanto menos, sospechosa.

La investigación arrancó en el año 2017 gracias a las pesquisas de la UDEV de Jaén. Los policías recibieron una información sobre el supuesto expolio de un yacimiento íbero, un santuario oculto entre olivares. A partir de ahí, las indagaciones, que estaban dirigidas por un Juzgado de Linares, avanzaron y los investigadores llegaron a conseguir fotografías de las piezas que estaban buscando: una leona y dos toros esculpidos en piedra. Fue una pista fiable, pero no lo suficiente como para encontrarlas entonces.

El rastro de las esculturas volvió a ser visible en marzo de 2018, cuando la Policía culminó la operación “Harmakhis”, dirigida por un Juzgado de Barcelona y centrada en una presunta red de tráfico de obras de arte expoliadas en Libia y que servía, según la tesis de los investigadores, para financiar a los terroristas del Estado Islámico gracias al dinero que se pagaba por ellas.

En los registros domiciliarios en propiedades de los anticuarios catalanes detenidos, los agentes encontraron más fotografías de las tres piezas íberas. A partir de ahí, se supo que las esculturas estaban ya en el mercado. De hecho, la más valiosa, la leona, había sido adquirida por la hija del banquero Emilio Botín. La compradora presentó a los agentes numerosa documentación en la que acreditaba que, entre otras cuestiones, que se había hecho con las piezas de forma legal, a través de un contrato formalizado el 28 de junio en Madrid. Entre los papeles aportados, había una factura, fechada en 1974 y que, presuntamente, certificaba la compra de las esculturas por parte del anticuario. Si esos papeles son auténticos, la tesis policial de que esas piezas fueron expoliadas hace un par de años quedaría invalidada.

Sin embargo, los agentes sospechan que esos papeles son falsos, es decir, que fueron “fabricados” expresamente para ocultar la procedencia ilícita de las piezas. ¿Por qué piensan esto? Es aquí donde entran en juego las primeras fotografías que llegaron a manos de la Policía de Jaén, allá por el año 2017. En las imágenes se aprecia que las esculturas todavía tenían restos de tierra, es decir, no habían sido limpiadas, lo que hace pensar que acababan de sacadas de su lugar original. Los agentes sospechan que la documentación aportada por los anticuarios y los intermediarios a la hora de formalizar el contrato de compra-venta con la familia Botín fue creada a propósito para garantizar la legalidad de la adquisición.

Durante los últimos meses, la Policía Nacional ha seguido trabajando para localizar el yacimiento del que pueden proceder las esculturas. Las dos detenciones están enmarcadas en esas pesquisas. La investigación no está concluida.