Condenado un hombre por abusar de su propio nieto

La Audiencia da total credibilidad al testimonio del niño, que tenía 7 años

21 feb 2019 / 08:40 H.

La Audiencia ha castigado con cinco años de prisión a un vecino de la capital, de 68 años, por abusar de su propio nieto en numerosas ocasiones. La sentencia considera probado que el hombre, identificado como J. L. C. G., sometió al niño a diversas prácticas sexuales que comenzaron en el verano de 2013, cuando el menor tenía siete años, y concluyeron en junio de 2016. El procesado siempre ha negado los cargos y su defensa mantuvo en el juicio que la denuncia fue una invención. Sin embargo, el tribunal da total credibilidad al testimonio de la víctima, que califica como “espontáneo, verosímil, sólido, contundente y sin fisuras”. Además, esa versión estaba apoyada por los psicólogos de la Fundación Márgenes y Vínculos, que trataron al niño y que apreciaron en él una “sintomatología típica y compatible con el ataque sexual padecido”. La resolución judicial, que todavía no es firme y puede ser recurrida, incluye una indemnización de 10.000 euros por los daños morales ocasionados al niño.

La sentencia relata que los abusos se producían cuando el condenado se quedaba al cuidado de su nieto en el domicilio familiar. Los hechos probados describen numerosas prácticas sexuales perpetradas por el abuelo con el niño, casi siempre en la cochera de la vivienda. El menor recordó estos traumáticos episodios al tribunal, que le otorgó absoluta credibilidad. Explicó que no le contó a su madre lo que le hacía su abuelo, porque no sabía lo que era, porque lo quería mucho y era “un secreto” que tenía con él. Finalmente, en el verano del año 2016, se derrumbó y terminó contándolo. Actualmente, todavía sigue en tratamiento psicológico por estos hechos.

El acusado sostuvo en el juicio que la denuncia fue presentada “con un claro ánimo económico”, ya que la madre del menor tenía muchas deudas. Sin embargo, el tribunal rechaza de forma contundente ese planteamiento, ya que el propio J. L. C. G. admitió ante los magistrados que la relación con su hija y con el resto de sus familiares era “maravillosa”. Por ello, la Audiencia impone al abuelo una condena de cinco años de cárcel por un delito continuado de abusos.