Violencia sexual en el norte de Sudán del Sur

Las mujeres se sienten resignadas ante tanta violación

    16 feb 2019 / 11:07 H.

    El acuerdo de paz firmado el pasado septiembre entre el Gobierno de Sudán del Sur y los principales grupos rebeldes en el país no ha traído consigo el fin de la violencia sexual contra las mujeres, al menos en el norte del país, donde la ONU ha constatado la violación de más de 130 mujeres y niñas en los últimos tres meses de 2018. Aunque los ataques contra civiles se han reducido significativamente desde que el acuerdo de paz fue suscrito el 12 de septiembre, la violencia sexual endémica vinculada al conflicto no ha remitido en el estado de Unidad, en el norte, denuncian la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (Unmiss) en un informe conjunto. En concreto, han contabilizado la violación de al menos 134 mujeres y niñas, algunas de tan solo 8 años, así como otros tipos de violencia sexual y física en otros 41 casos entre septiembre y diciembre del año pasado, si bien consideran que “el nivel actual de violencia sexual es probablemente considerablemente superior”. Esta violencia sexual se comete en un contexto de “impunidad generalizada, que ha contribuido a la normalización de la violencia contra las mujeres y las niñas”, denuncia el informe.

    Casi el 90 por ciento de las víctimas fueron violadas por más de un hombre y con frecuencia durante varias horas. Entre las víctimas figuran tanto mujeres embarazadas como lactantes, habiéndose constatado un caso en el que cinco mujeres, cuatro de ellas embarazadas, fueron violadas en grupo el 17 de diciembre en Lang. Además de ser violadas, las víctimas han contado que sus agresores las golpearon violentamente con las culatas de fusiles, con palos y con cables si intentaban resistirse o después de la violación.

    La mayoría de los ataques documentados en el informe fueron obra de jóvenes milicianos y de miembros de la facción partidaria de Taban Deng en el Ejército de Liberación de Sudán del Sur en Oposición (SPLA-IO), así como de las Fuerzas de Defensa Popular de Sudán del Sur (SSPDF). Algunos de los ataques fueron obra de miembros de la principal facción rebelde del SPLA-IO vinculada al expresidente Riek Machar.