“Me voy por dignidad y con la cabeza alta”

Otra vez los cimientos del Real Jaén se resquebrajan cuando solo quedan trece partidos para acabar la competición y el equipo se juega la clasificación para las eliminatorias de ascenso. Un movimiento con criterios “empresariales” desató una tormenta con rayos en el funcionamiento tanto institucional como deportivo. Salva Ballesta, entrenador del conjunto jiennense desde el mes de septiembre, presentó su dimisión al no estar de acuerdo con los planteamientos de Andrés Rodríguez, consejero delegado, que tenía la intención de prescindir de dos jugadores, en este caso, según desveló, Jonathan Rivera y Pico, del segundo entrenador, José María Pajares, y del fisioterapeuta, José Miguel Sánchez. Rubén Andrés, el director deportivo del club blanco, no aceptó tampoco el planteamiento de Rodríguez y por este motivo el Real Jaén le rescindió el contrato, pese a que tenía un año más firmado. Los dos futbolistas siguen en la plantilla. Rodríguez bajó primero al vestuario con el documento para que rescindieran el contrato —se les pagaba un mes—, y después lo hizo por segunda vez para comunicarles que continuaban en el equipo. Salva Ballesta destacó que su decisión es irrevocable. “Me voy con la cabeza alta y con dignidad, pero no podía aceptar que se prescindiera de dos jugadores, el segundo entrenador y el fisioterapeuta. No es el momento y desconozco los motivos, deben ser espectaculares, porque se tenía hecho un equipo de trabajo que estaba ofreciendo unos buenos resultados tanto en el apartado deportivo como en el humano”, dijo el ya extécnico blanco. Esta serie de movimientos empezaron a gestarse el lunes, en una semana en la que el conjunto jiennense disputa un partido trascendental contra el Linares Deportivo. “Es cierto que los chavales estaban hundidos con esta toma de decisiones, pero seguro que se recuperarán porque están unidos y son unos excelentes profesionales”, afirmó Salva Ballesta. Pese a la diferencia de criterios que han desencadenado su dimisión, Ballesta elogió el trabajo del consejo de administración al tratar de desarrollar un proyecto en la capital con vistas de futuro. “Hay que valorar su esfuerzo por tratar de potenciar al Real Jaén. Les deseo lo mejor del mundo, pero no podía seguir en el cargo por coherencia y por esta serie de decisiones”, comentó Ballesta. Además, por último, el entrenador dejó claro y desmintió de forma categórica que había aportado un millón de euros al Real Jaén. “Eso es mentira y se ha demostrado con la decisión que he tomado. Rubén Andrés fue destituido por no “acatar” las órdenes de despedir a Jonathan Rivera y Pico, José María Pajares y José Miguel Sánchez, fisioterapeuta, con el que finalmente han rectificado. “Teníamos una estructura deportiva consolidada e, incluso, se trabajaba en el futuro a la hora del seguimiento de jugadores”, dijo.