Vivencias de un linarense en “Andaluces por España”

El programa de Canal Sur “Andaluces por España” visitó el municipio catalán de Castelldefels, donde se han instalado a lo largo de décadas muchos andaluces, que han tenido hijos e incluso nietos. Cataluña es la comunidad autónoma que cuenta con un mayor número de andaluces, se calcula que alrededor de un millón. En el programa se comprobó cómo de fuertes son los lazos entre las dos comunidades autónomas, y cómo la Cataluña actual no se entendería sin el peso histórico de la comunidad andaluza.

Entre los protagonistas del día estaba Pepe Soto, linarense, que reside en el municipio desde hace 29 años. Se trata de un exhostelero jubilado. Nacido el último de diez hijos, iba para torero, pero terminó en la hostelería. Fue cantante, marinero, chef y propietario de un restaurante italiano en Castelldefels. Con 18 años quiso ser maquinista de trenes porque era la tradición familiar, pero no lo consiguió y eso le animó a emigrar porque no quería trabajar en el campo. Ha vivido en todo tipo de ciudades, como Madrid, Suiza, Italia y, ahora, en Castelldefels.

Junto a su primera esposa, de San Remo, abrió un restaurante italiano en Castelldefels, que vendió hace unos años y hoy está jubilado. Es una persona muy activa y tiene un programa en la radio local, que fomenta los valores andaluces. El programa acompañó a Soto a la radio para que les mostrara su tarea y su profesionalidad frente al micrófono. Asimismo, acompañaron al linarense a dar una vuelta por el centro de Castelldefels y, en ese paseo, frente al Ayuntamiento, se encontraron con la alcaldesa, que es hija de emigrantes almerienses. Ella tomó la batuta de la narración para dar una pincelada sobre la historia de sus padres y cómo la tercera parte de los residentes en el municipio es andaluza o con vínculos del sur.

Junto con Pepe Soto también se convierten en protagonistas otros andaluces que viven fuera de su tierra, como Josefa Fuente, de Rota (Cádiz) y que reside en el municipio catalán desde hace casi cinco décadas. A sus 69 años, tiene seis hijos, nacidos en Castelldefels, y ocho nietos. Llegó a su actual hogar con 20 años, con su marido, que es de Écija. Se conocieron en Rota, donde él fue a trabajar. Cuando volvió de la mili se casaron y se fueron de viaje de novios a Barcelona, y allí se quedaron. Desde que llegó a Castelldefels, hace ahora 49 años, no hay un solo día que no se acuerde de Rota. Los primeros años allí fueron muy difíciles y lloraba porque quería regresar. Una mujer muy sencilla y vitalista. Su marido tiene cáncer y ella es el alma de la familia.