Ritmo y compases erizan la piel

La capital acoge el XV Certamen de Música Cofrade de Torredonjimeno

19 feb 2018 / 09:12 H.

Silencio, comienzan a sonar timidamente unos sonidos de tambores, se elevan para fusionarse con trompetas que cogen fuerza hasta provocar un sonido capaz de llenar salas, calles, pero también almas. Se trataba del XV Certamen de Música Cofrade Ciudad de Torredonjimeno, que por primera vez en su historia se trasladó hasta la capital para poder acoger a todos los aficionados interesados en ver a las bandas participantes, que esta edición, unió a algunas de las agrupaciones que se encuentran al más alto nivel. La jornada comenzó con la Banda de Nuestro Padre Jesús del Rescate de Torredonjimeno, a la que siguieron la Agrupación Musical Arroquia Martínez de Jódar y la Banda de Música de Torredonjimeno.

Las ganas de Semana Santo no cesaron ahí y continuaron con otra conocida banda, la de Nuestro Padre Jesús de la Piedad, de la capital. Interpretaron cinco marchas cada una, hasta dar paso a las agrupaciones invitadas, muy esperadas, como fueron la Banda de Nuestra Señora de la Victoria “Las Cigarreras” de Sevilla y los trianero del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, que ofrecieron diez piezas. Un certamen que reunió a más de seiscientos músicos en el escenario del Jaén Arena en un concierto que agrupó a aficionados de múltiples lugares de España, como Albacete, Cuenca o Valencia, que se trasladaron para poder vivir este este espectáculo y la unión, tras quince años, de las dos bandas de Sevilla en un mismo certamen.

“Estamos muy satisfechos con la respuesta del público, ya que han asistido más de ochocientas personas a un certamen de gran tradición”, aseguran desde la Asociación Cultural Pax Tosiria, organizada del certamen, integradas en la Hermandad de la Resurección de Torredonjimeno, que cada año intenta superar su oferta para que los que son aficionados puedan vivir un aperitivo de su “gran semana” y para los que no lo son tanto, acercarse y sentir la emoción de unos instrumentos que se elevan hasta calar en lo más profundo, algo que saben bien estas agrupaciones, que cuentan los días para volver a enfundarse sus trajes y afinar sus instrumentos.