Los versos de Nicolás Ortiz lloran su pérdida

Tras una barra pasó buena parte de su vida. Era muy querido en Jaén, y no solo entre sus clientes, sino también entre sus amigos, familiares y conocidos, quienes siempre hablarán de él. Ellos son los mismos que hoy miran al cielo y recuerdan al hostelero y columnista de Diario JAÉN, Nicolás Ortiz Bueno, que con 65 años, falleció.

“Tenía mucho don de palabra y manejaba bien la ironía. Le gustaba escribir en el periódico y la gente lo conocía porque trabajó, durante muchos años, como camarero en la taberna El Gorrión”, destacó su hija Selene Ortiz, quien, emocionada, recordó a su padre y su afición por la palabra escrita. Aunque nació en Baños de la Encina, Nicolás Ortiz asentó su núcleo familiar en la capital, donde fue padre de Selene y Nicolás. “Llevaba mucho tiempo viviendo aquí. Le gustaba mucho estar en la calle y hablar con todo el mundo. También iba a los plenos del Ayuntamiento, incluso con carteles. Reivindicaba muchas causas sociales y militó en el PSOE. Participó en la vida política de la ciudad a favor de arreglar distintas partes de la misma para que la situación mejorara”, indicó su hija.

Nicolás Ortiz acababa de jubilarse hace escasos meses y, según destacan sus allegados, era un hombre muy culto. “Mi padre era un hombre muy particular y especial. Era un espíritu libre, un bohemio. Vivió siempre así, haciendo lo que le daba la gana sin dejar que nadie se metiera en sus cosas. De pequeños, nos ayudaba mucho en el colegio. Nos enseñaba sobre literatura y poesía”, comentó su hija. De hecho, al jiennense le gustaba tanto escribir que publicó facsímil Jaén visto a, y formó parte de un poemario colectivo titulado Siete voces con Picasso. Hoy sus versos recuerdan su memoria. En el tanatorio de San José fue velado y, a las 12:00 horas, será incinerado. La ciudad recordará, así, a una figura muy querida y admirada.