El zapateao de Eva Yerbabuena

La bailadora Eva Yerbabuena protagonizó el espectáculo inaugural del curso académico 2018-2019 de la Universidad de Jaén. Acompañada a la guitarra por Paco Jarana, Alfredo Tejada, Miguel Ortega y Enrique “el Extremeño”, junto con Antonio Coronel a la percusión ofreció un espectáculo cargado de sentimiento, emoción y bravura que consiguió arrancar los vítores del público que se desplazó hasta el edificio C1 del Campus de Las Lagunillas.

La actuación de Eva Yerbabuena forma parte de la agenda cultural y deportiva programada por la institución académica para el primer cuatrimestre del curso y en la que, entre otros, figuran nombres como Rozalén o Fanny Rubio, así como propuestas entorno al 450 aniversario de la muerte y nacimiento de Gaspar Becerra y Martínez Montañés.

vuela alto. Hija de emigrantes andaluces, Eva María Garrido nació en 1970 en Francfort, para ser llevada poco después al pueblo granadino de Ogíjares, donde la criaron sus abuelos hasta que cumplió diez años. A los doce, comenzó a bailar con Enrique “El Canastero”, Angustillas “La Mona” y Mario Maya. Pocos saben que su nombre artístico se lo puso el luthier Francisco Manuel Díaz, en referencia a Frasquito Yerbabuena. Anoche, como en otras ocasiones especiales, estuvo acompañada por Paco Jarana, su marido y guitarrista con el que recorre España de espectáculo en espectáculo.

La artista viaja por todo el mundo con su Compañía de Flamenco, la primera invitada a actuar en la Ópera de Sydney. Actuó también en el Teatro de la Villa de París, en el Sadler’s Wells y el Barbicane de Londres, en el City Center de Nueva York, en la Ópera de Dusseldorf, en el Teatro Municipal de San Pablo o en la Opera de Dubai, y en los principales teatros de Estados Unidos, Chile, Nueva Delhi, Lima, Tokyo o Hong Kong.

Tras un año de ausencia por su segunda maternidad, Eva Yerbabuena, regresó con diferentes actuaciones en Noviembre de 2012 y tras cerrar el festival de Jerez en 2013 presentó su espectáculo AY! en el X Festival de Flamenco de Londres, al que regresó con “Apariencias”, durante cuatro funciones consecutivas en 2017.

Gracias a espectáculos como el que la bailaora ofreció anoche, el espectador puede cerrar los ojos y abrirlos hacia el interior buscando el sonido que acelere un metrónomo interno de mujer, que descienda su pulso, que bombee expansivamente el alma y proyecte, a través de la voz y el cuerpo, un arma de guerra como son el taconeado de la Yerbabuena, que acerque a todos a la esencia de la vida: existen muchas formas de expresión, pero solo un latido un universal. Eva Yerbabuena pisó con decisión y fuerza en Las Lagunillas.