El Museo Íbero sopla
la vela de su primer año

El centro expositivo acoge un nuevo espacio artísticos y conciertos

12 dic 2018 / 11:24 H.

La música, la danza y el arte se dieron la mano en el Museo Íbero para celebrar su primer aniversario. El espacio artístico recibió, en estos 365 días, a más de 72.000 visitantes, muchos de ellos de la provincia. Aún así, el centro expositivo se convirtió en un punto de encuentro con la cultura ibérica para aquellos que, movidos por el interés en esta área, vinieron de fuera a disfrutar de sus exposiciones. Visitas guiadas y teatralizadas, conciertos, presentaciones literarias, actividades infantiles y proyecciones cinematográficas fueron algunas de las iniciativas que convirtieron al “Íbero” en un referente jiennense.

Por esa razón, en este especial cumpleaños, el museo inauguró el espacio Nuevas Colecciones, un rincón del centro que acogerá una muestra periódica de las piezas que vayan ingresando en él. Así, la primera exhibición versó sobre la necrópolis del Cerro de los Vientos, ubicada en Baeza, cerca de Puente del Obispo. “El Museo Íbero sigue sumando actividad como un centro único dedicado en exclusiva a una civilización que dejó una profunda huella en nuestra provincia y con una programación de talleres y actividades complementarias, que lo convirtieron en un espacio referente para la cultura y accesible para toda la ciudadanía”, destacó la delegada territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Pilar Salazar, quien asistió a la inauguración de la muestra Memoria, Identidad y Cambio en el Banquete Funerario Preibérico.

Salazar estuvo acompañada de la vicerrectora de Proyección de la Cultura y Deportes de la Universidad de Jaén, María Dolores Rincón; el comisario de la exposición, Miguel Ángel Lechuga; el coordinador de la misma, Manuel Molinos, y la directora del museo, Concha Choclán. Ellos destacaron la importancia que tiene esta nueva muestra que, aunque parece pequeña, esconde un gran esfuerzo y trabajo parte del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica. Y es que esta necrópolis fue excavada durante las obras de la Autovía del Olivar, lo que permitió conocer una interesante información sobre un banquete funerario preibérico y recuperar un conjunto de recipientes cerámicos, que ahora llegan a los jiennenses en el Museo Íbero y mediante una aplicación para dispositivos móviles que, además, permite adentrarse tridimensionalmente en una tumba de Castellones de Ceal, en Hinojares.

La celebración destacó por el contento por parte de los jiennenses de haber cumplido sus expectativas en cuanto al número de visitantes, pero estuvo marcada por la ausencia de la falta de apoyo por parte del Ministerio de Cultura en cuanto a la implantación de una exposición permanente que parece no llegar y que, muchos de los asistentes, reivindicaron en este primer cumpleaños con la esperanza de que el Museo Íbero no se convirtiera en el nuevo tranvía de Jaén.

La fiesta continuó por la tarde, ya bajo ritmos musicales. Abrieron esta velada los grupos jiennenses Jaén Jazzy y Swing Jaén, quienes hicieron bailar a sus asistentes. Tomó el relevo Vuelacruz, que presentó su álbum homónimo en el auditorio del museo. Sus integrantes trasladaron el son indie folk de su último disco a la capital con temas como Me he de perder, Si encuentro algo, Enséñame los tiempos, Batir las alas o Seremos valientes. Los asistentes disfrutaron de este encuentro que, además, coincidió con el fin de gira de la banda. Por esta razón, la cita fue aún más especial, y se notó en la gran acogida del público, que disfrutó, especialmente, de títulos como Si me sigues, No habrá perdón, Cada renglón o Mantuvimos los cielos, entre otros.

Los jiennenses se sintieron orgullosos de ofrecer esta actuación en una sala en la que, además, no habían tocado nunca. Con La capacidad, El temblor y Lo que nos viene, se dispusieron a marcharse, no sin antes obedecer a las peticiones de los espectadores, que querían seguir con ellos. Así, finalmente, la actuación llegó a su fin con Arder e Invierno templado, dos de las canciones que más destaca de la agrupación, que ofreció uno de sus mejores directos. De esta manera, el Museo Íbero sopló la vela de su primer añito de vida con la esperanza de hacerse grande pronto.