Arte que unifica y rompe barreras

El éxito llama al éxito, y si no que se lo pregunten al grafitero linarense Miguel Ángel Belinchón, conocido como “Belin”, cuya fama supera las fronteras del ámbito nacional. Muestra de ello fue la realización de su último trabajo, tan sorprendente como el resultado final de su obra. Se trató de un mural hecho, en dos días, en el ASEM Cultural Festival, un encuentro entre asiáticos y europeos celebrado en Bruselas con el fin de compartir sinergias. En dicha cita, el artista representó a la Embajada Española con el fin de entablar un acercamiento cultural entre ambos continentes.

Bajo el lema “Europe meets Asia, Asia meets Europe”, Belin pintó uno de sus característicos retratos en una obra colectiva junto al representante de Filipinas, el artista Wesley Venezuela, en las galerías Ravenstein. Allí, puso de manifiesto, como tema principal, el interés en el rostro humano y su concepto en diferentes culturas, algo que despertó el interés y la atención entre los asistentes. Este trabajo cobró sentido cuando se dio a conocer que el foco principal de esta cita era la temática “Caras en una encrucijada”, que presentó esta colaboración como ejemplo de fusión de diferentes prácticas artísticas, en vivo, entre artistas, que se unificaron en un mural masivo y pusieron el interés en la creatividad digital y el patrimonio cultural entre Asia y Europa.

De esta manera, el fresco será visible hasta el próximo 30 de octubre en la Galería Ravenstein, donde, una vez más, el artista linarense no solo dejó su huella pictórica sino que, además, representó a su país y su ciudad en un encuentro de especial relevancia internacional en el que el talento, el arte y el esfuerzo carecieron de color, idioma o raza.

Miles de asistentes fueron testigos, no solo de la culminación de su obra, sino también de su proceso de realización, abierto al público interesado que disfrutó de un proceso creativo de gran importancia. Por su parte, Belin compartió en redes sociales todo el proceso ilustrativo, desde sus primeros bocetos, hasta su colaboración con otros artistas de este mural conjunto.

Al finalizar su realización, el linarense reveló el título: Niña española apasionada que ama sus mares, sus cielos y a sus paisanos. Belin colgó una parte de su obra acabada y demostró cómo el cubismo, el realismo y la pintura callejera, tan poco valoradas hace tan solo unos años, podrían ser un ejemplo perfecto de globalización para fragmentar las barreras geográficas que, en ocasiones, suponen un impedimento en la comprensión y el entendimiento. El grafitero se mostró agradecido con el público y disfrutó de un encuentro en el que llevó por su tierra por bandera.