Se desbordó la emoción cofrade

La Oración en el Huerto salió, pero la lluvia dejó a la Paciencia dentro del templo

18 abr 2019 / 09:39 H.

Gran ambiente se respiraba en la tarde del Miércoles Santo a las puertas de la parroquia de la Divina Pastora, pues la popular Archicofradía de Nuestro Padre Jesús en su Agonía en el Huerto y María Santísima de los Dolores salían a las calles andujareñas, desbordando sentimientos contenidos hacia los sagrados titulares de la hermandad.

La imagen del Señor despertó continuos momentos de emoción y recogimiento en la jornada de ayer, concretamente en la salida y en la llegada al convento de las Madres Trinitarias, donde, desde su balcón enrejado, depositaban sus plegarias al Cristo de Capuchinos; igual que la llegada a carrera oficial o durante el transcurrir, sumamente estrecho, de su bello paso tallado por la calle Maestra, con multitud de devotos tras él.

De igual modo, y tras un nutrido cortejo de nazarenos de luz, la Virgen de los Dolores, datada en el año 1951, paseaba su bello dolor por las calles de su barrio y el centro de la ciudad. En su palio, de cajón bordado y escoltado por bellas piezas de candelería, la Señora del barrio de la Plaza de Toros cautivó a cientos de almas desde las primeras chicotás hasta el último instante de su divina presencia a las puertas de su capilla. Llovió justo al regresar a su casa. En el templo de Santa María La Mayor, la Cofradía del Señor de la Paciencia y María Santísima del Rosario, ya entrada la noche, no pudo comenzar su estación de penitencia por las calles del casco histórico debido a la lluvia, que afeó el último tramo del Miércoles Santo. La hermandad de los Dolores del Carmen no se lució en la carrera oficial, con sus nazarenos de túnicas moradas y mucetas negras que la caracterizan, unos penitentes que cada año acompañan al paso que representa a Cristo coronado de espinas y sentado. La imagen del Señor, datada en 1940, se quedó en el templo, un hecho que arrancó las lágrimas de los cofrades y devotos, que vieron cómo su querida hermandad se quedaba sin procesionar este año.

Con los ojos puestos en el cielo, imploraron que, en 2020, el tiempo les ofrezca una tregua.