España respira con el pulmón de Cazorla, Segura y Las Villas

Un territorio que hace 30 años que goza del título de Parque Natural, Reserva de la Biosfera, motor y pionero del turismo jiennense y la casa de unos 80.000 ciudadanos que miran con orgullo su futuro

09 abr 2016 / 20:43 H.

Una extensión de 214.000 hectáreas, el mayor espacio protegido de España, un inmenso verdor en el que cabe perfectamente la provincia de Vizcaya. Reserva de la Biosfera de la Unesco, Zona de Especial Protección para las Aves, Coto Nacional, escenario de películas y de míticas escenas de “El Hombre y la Tierra”, del inmortal divulgador Félix Rodríguez de la Fuente, cuya presencia sigue viva en esa tierra; una región salpicada de fortalezas, incluida una que aparece y desaparece, el misterioso Castillo de Bujaraiza, en El Tranco, un pantano que, además de un indispensable y estratégico depósito de agua para Andalucía, es una descomunal maravilla de la ingeniería; una oferta turística consolidada y mucho más. Todo eso es el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, un paraguas que cobija a 23 municipios y en el que viven 80.000 habitantes.

Esa realidad, el hecho de que sea, al mismo tiempo, la “casa” de tantos hombres y mujeres, es una de las señas de identidad del Parque Natural, que presume de este título por antonomasia en Andalucía y en el resto del país. Un auténtico pulmón. A sus títulos, hay que añadir el de Jiennense del Año, que recibirá este espacio el año que cumple los 30 años de su declaración. La Junta Rectora es el órgano consultivo que pone cara a esta entidad legal, presidida por el “serrano” David Avilés, ilustre vecino de Puente de Génave. “Es un respaldo (el galardón) a un trabajo que, como todo, es mejorable, pero que creo que ha estado muy bien hecho en estas tres décadas. La conclusión sobre este tiempo transcurrido es que ha habido muchas más luces que sombras”, reflexiona Avilés, que destaca como uno de los méritos de los gestores de este tesoro natural el hecho de haber sabido preservar este espacio incomparable, sin que esté en detrimento de la población local, que evoluciona igual que en otras zonas.

Esa es precisamente una de las obsesiones de la Junta Rectora, que trabaja para procurar que la gente continúe en los pueblos del Parque Natural. “Tienen que poder subsistir, para lo que hay que aprovechar todas las potencialidades, para lograr que los jóvenes se queden en los pueblos”, deja claro este puenteño.

“La diferencia es brutal tras este tiempo”
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“Los que somos de aquí sabemos que, tras estos 30 años, la diferencia es brutal. Recuerdo que la gente de la sierra era como ciudadanos de segunda, no se sentía orgullosa, mientras que ahora sabe perfectamente que vive en un lugar privilegiado”, reflexiona David Avilés (en la imagen), el primer presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas que es del territorio. Recuerda, satisfecho, como hay un hospital y otro de camino y carreteras de calidad, junto a fórmulas para aprovechar los recursos y preservar el entorno.