La aceituna recorta personal y prescinde de 7.800 jornaleros

La campaña tiene a 29.100 trabajadores frente a los 36.900 de hace un año

08 feb 2019 / 11:37 H.

La aceituna recorta personal y ha dejado a muchos jornaleros en la casa. La Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) deja claro que esta campaña agrícola cuenta con mucha menos gente que la del año pasado, por lo que ya parece bastante evidente que el incremento de la cosecha no es directamente proporcional al aumento del empleo en el campo. La EPA indica que, a finales de este año, había 29.100 ocupados en el sector agrícola frente a los 36.900 que se contabilizaban en la misma encuesta que se hizo el año pasado. De ahí que la campaña aceitunera se desarrolló en diciembre con 7.800 trabajadores menos que el año pasado. Lo peor es que el recorte, tal y como denuncian los sindicatos desde hace tiempo, afecta principalmente a las mujeres.

El Aforo Oficial de Aceite de Oliva de la Consejería de Agricultura estimó 685.000 toneladas y alrededor de 4 millones de jornales en recolección. Mientras, el año pasado, con 7.800 trabajadores más, se recogieron 391.000 toneladas en la provincia. Los jornales sí que se generan, pero o se destruyen —para no pagarlos— o se reparten de otra manera, es decir, los empleados dan más peonadas en vez de contratar jornaleros. La enorme mecanización del campo es sinónimo de destrucción de jornales. Los agricultores que se compran tractores vibradores, cosechadoras y otro tipo de maquinaria, en definitiva, buscan incrementar su competitividad, que pasa por recoger la aceituna de siempre más rápido y con menos gente o, lo que es lo mismo, ahorrarse los 53 euros y pico —como mínimo— que hay que pagarle a cada jornalero cada día. Esta es una de las causas de que, pese a que este año existe más producción de aceite de oliva, trabaje menos gente en el campo. En cambio, no es el único factor que contribuye.

Juan Luis Ávila es el secretario general de COAG: “Tenemos el precio del jornal más caro de Andalucía. Esto hace que los agricultores apuesten por la mecanización a marchas forzadas que, además, resulta un sinónimo de calidad. Nos hace coger mucha aceituna en muy poco tiempo. Se ve en las almazaras y también en las orujeras, que han vivido una situación de auténtico colapso”. En cambio, el representante de los agricultores de COAG considera que no es la única causa. “Yo no seré de los que digan que este año nos han faltado jornaleros para las cuadrillas. En cambio, sí que considero que mano de obra no ha sobrado. Los agricultores se han sentado con sus trabajadores y han hablado. Si les faltan dos o tres personas en la cuadrilla, se ve la opción de ir a por más gente a la calle. En cambio, los jornaleros quieren echar cuantos más días de trabajo mejor, ya que implica llevar más dinero a sus casas. Y a los agricultores, al final, si ven que la cuadrilla va equilibrada, no les importa ir un poco más despacio y tener a la gente con experiencia y conocimiento”, afirma Juan Luis Ávila. De esta manera, parece evidente que muchas de las peonadas se han repartido entre gente de la propia cuadrilla en vez de ofrecerlas a trabajadores en paro, lo que conllevaría acabar un poco antes. De ahí que Juan Luis Ávila concluye: “Cuando se miran las cifras de cosecha hay que entender que, al final, no tienen una relación directa con el empleo. Se han de entender como días de trabajo, que se pueden repartir entre más o menos gente”. Por otro lado, el importante grado de mecanización conlleva un incremento de la profesionalización de las cuadrillas. Antes, se iba a los pueblos y se buscaba a gente que diera palos con la vara, tirara de los fardos y se hincara de rodillas para recoger el fruto que hay en el suelo.

En cambio, ahora hace falta gente que sepa manejar tractores, vibradoras de mano, mover los quads o varas mecánicas que se enganchan en las ramas y agitan los árboles para tirar la aceituna al suelo. De ahí que las personas que saben hacer esto tienen muchas más posibilidades de encontrar un tajo que las que solo tienen voluntad, ganas o necesidad de encontrar una cuadrilla.

Empresas de servicios. Otro cambio importante en la manera de recoger la aceituna pasa por las empresas de servicios. No hace tanto, muchos agricultores contrataban a unos cuantos temporeros para que les acompañaran en la recogida del fruto. En cambio, los olivareros también se hacen mayores y mueren. Esto conlleva a que sus herederos, en ocasiones, no estén tan familiarizados con el campo o, incluso, ni vivan en la provincia. Este vacío lo ocupan empresas de servicios, que se encargan de recoger la aceituna a precios muy competitivos. En Jaén existen bastantes y funcionan bien, ya que están muy mecanizadas y recogen el fruto en poquísimo tiempo. Sus jornaleros son muy profesionales, por lo que llegan y en pocos días está el trabajo hecho. Los trabajadores que logran un puesto en estos negocios trabajan más de 80 días, por lo que los jornales que antes se repartían más y generaban un mayor número de puestos de trabajo ahora se concentran. De ahí que, con estas cifras, parece menos extraña esta importante caída del empleo en la aceituna, que recorta su plantilla.