Santana Motor “muere” en términos administrativos

La Junta autoriza la extinción por liquidación de la empresa

19 sep 2018 / 12:02 H.

Podría decirse que era la crónica de una muerte más que anunciada y es que, casi siete años y medio después de que la junta general extraordinaria de accionistas de Santana Motor aprobara el proceso de disolución de la compañía y la apertura del periodo de liquidación, el Consejo de Gobierno de Junta de Andalucía ha dado luz verde a la Sociedad para la Promoción y Reconversión Económica de Andalucía, S. A. (Soprea) para formalizar la liquidación de la compañía.

De esta manera, en el Consejo de Gobierno andaluz, el ejecutivo autonómico autorizó a Soprea la suscripción de un aumento de su capital social por importe de 9,4 millones de euros, con cargo a una aportación no dineraria consistente en los derechos de crédito que ostenta la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) frente a Santana Motor, SAU. “Dejé la presidencia de la compañía cuando me ofrecieron, en 2009, ser consejero delegado de SOS Cuétara. Entonces, el proyecto estaba muy bien enfocado. Habíamos llegado a acuerdos con un montón de empresas privadas que distribuirían a la plantilla de Santana entre ellas, ya que se participaba minoritariamente en estas multinacionales. La idea era transformar la entidad linarense en un parque empresarial. Después llegó la crisis, y lo que ocurrió lo desconozco. Solo sé lo que publicaron los periódicos. Aunque sí es cierto que me da mucha pena”, indicó José Manuel Muriel, exdirector de la empresa, quien incidió en que, la crisis le pasó una gran factura.

Santana, propiedad del Gobierno andaluz desde que diera un paso al frente en 1995 tras la marcha de Suzuki, inició en 2011 el Plan Linares Futuro, impulsado por la Junta de Andalucía y consensuado con los sindicatos, con el objeto de lograr regenerar el tejido económico y productivo en el entorno de Linares, resolviendo la situación de los trabajadores e impulsando el mantenimiento y la implantación de proyectos empresariales viables en el marco de la transformación del modelo productivo tradicional al modelo de economía sostenible. “Era una muerte anunciada, evidentemente. Liquidar Santana significa ratificar el incumplimiento con los acuerdos que, en su momento, se firmaron. Fue engaño sobre engaño. Un gran desencanto. Desde el Ayuntamiento se lanzaron propuestas a las que la Junta hizo caso omiso. Espero que ese espacio se cubra de alguna manera”, manifestó Pedro Gálvez, expresidente del comité de empresas de Santana y secretario general de CC OO.

Por su parte, el exsindicalista de UGT en la compañía linarense, Gabriel Aleo, manifestó que su opinión puede ser como la de la mayoría de linarenses, y apuntó: “Hay un gran cabreo y enfado que derivan de que no se cumplieran los acuerdos firmados. Santana iba a traer inversión y trabajo, pero eso nunca pasó. Se realizaron varias marchas manifestantes, tanto en Linares como en los pueblos limítrofes, para trasladar nuestro desencanto a la Junta y al Gobierno central, pero ninguno dio respuesta. Queda un gran resentimiento. Casualmente, siempre que estamos en vísperas de elecciones, sale algún proyecto, como la fabricación del coche eléctrico. Luego no se realiza nada. En unos meses, cuando nos llamen a votar, orquestarán algo nuevo. Desde 2011, que se liquidaron los contratos, todas las propuestas realizadas sobre Santana coincidieron con tomas electorales, pero luego no pasa nada”.

“Esta es una buena noticia, algo que todo el mundo deseaba que pasara”

El secretario local del Partido Socialista, Daniel Campos, valoró la extinción por liquidación de Santana Motor y dijo: “El liquidador ha hecho su trabajo. En realidad, es una buena noticia porque, una vez hecho esto, los proyectos que lleguen a Santana serán más ágiles”. Según Campos, está formalización documental fue un trámite que ya estaba dado por hecho desde hace varios años e incidió en que se trató de un arreglo administrativo del cierre de ese proceso.

Desde el punto de vista del secretario local, aunque esta liquidación pueda suponer un tema muy sensible para la ciudadanía, no ve sentido a “que se levante polvareda” por ello. “La polvareda la levantará la gente que quiera. Pero ha sido un proceso puramente administrativo, sin más, algo que todo el mundo deseaba, desde el Ayuntamiento hasta la Junta de Andalucía y el propio liquidador. Es una manera de despejar el área para proyectos futuros. De no hacerlo, supondría un obstáculo para traer nuevas empresas”.

Campos asegura que, una vez formalizado este trámite, el plan de actuación es esperar los compromisos de la Junta de Andalucía para Linares, así como la llegada de nuevos proyectos que pudieran surgir en la cuidad.