La Oración en el Huerto se luce en la calle y emociona

Un amplio cortejo desfila gracias a la implicación de la Hermandad

16 abr 2019 / 16:14 H.

Segundo día de la Semana Santa en Linares, con una sola hermandad que toma protagonismo y se luce durante una jornada espléndida. Una vez más, la Basílica de Santa María la Mayor es la sede canónica que acoge a estas imágenes muy queridas por los devotos linarenses. Se trata de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de Gracia. Antes de las cinco de la tarde, la hora prevista para la salida, la gente ya llenaba la lonja de Santa María para arropar a los titulares.

El comienzo de la procesión es espectacular gracias a los costaleros que, paso a paso, van salvando las dificultades para emprender camino hacia la calle Don Luis. Se trata de una hermandad que ha crecido muchísimo en los últimos años, hasta el punto de que ambos pasos ya se encuentran terminados en su totalidad, lo que hace que puedan centrarse en otros proyectos de mejora. Lucen caperuz de color verde en los penitentes, con acompañamiento musical abriendo paso con la Cruz de Guía, de la Agrupación Nuestro Padre Jesús de la Columna. El trono del Señor es guiado por la Agrupación Musical de Santo Tomás de Villanueva, de Ciudad Real, mientras que la Sociedad Filarmónica María Inmaculada conduce el paso de palio. Ambas figuras han necesitado ya un proceso de restauración, obra del imaginero Antonio Dubé. El desfile toma sentido ascendente desde la calles Don Luis, El Pilar o Alonso Poves hasta llegar a las callejuelas del casco antiguo, que no cuentan con mucha anchura, por lo que el recogimiento y ambiente que se produce es especial. Tras este recorrido, la procesión fue avanzando hasta el pasaje del comercio, donde cogió camino ya para la Carrera Oficial, por la que pasó después de las nueve de la noche, con poquita luz solar, pero con momentos de gran sentimiento cofrade.

Los devotos y fieles regalaron sus aplausos al paso de los costaleros, que “bailaban” ambos pasos según las órdenes de sus capataces. Una vez se produjo la salida de la tribuna, el cortejo emprendió el camino de vuelta. Desde la plaza de San Francisco hacia Cánovas del Castillo (Pontón), Rosario y Campanario, para llegar ya a la calle Don Luis y comenzar la entrada. Una estación de penitencia que se antojó corta para los hermanos tras tantos meses de preparación. Al menos, el tiempo fue respetuoso y, aunque se vislumbraron nublos, no hubo agua.

Una vez resguardados de la noche, la cofradía piensa continuar sus proyectos con vistas al próximo año. El principal es la remodelación de su Casa Hermandad, en la que se quiere realizar una capilla para poder albergar a sus imágenes. Un trabajo que realizan los mismos hermanos, como por ejemplo ya hicieron cuando habilitaron un salón de convivencia, el patio y la entrada al mismo el pasado año. Comienza ya el trabajo para la nueva estación de penitencia del próximo 2020.