La Estación pone punto final a su popular feria de verano

Los vecinos de Linares-Baeza dicen adiós a unos días llenos de convivencia

04 jul 2018 / 08:22 H.

Días grandes llenos de convivencia, alegría y diversión. Esto es lo que se respira en la Estación Linares-Baeza, que recientemente clausuró sus tradicionales fiestas populares. El ambiente festivo reinó en la entidad local, que se convirtió en un hervidero de personas, que se citaron allí para disfrutar a lo grande de una amplia y variada programación destinada a todos los públicos. De esta manera, Linares-Baeza abrió sus puertas tanto a vecinos de la ciudad matriz como a visitantes de los municipios más cercanos, que no fallaron a su cita con la fiesta.

La conocida feria de verano contempla numerosas actividades preparadas para una ocasión un tanto especial, entre las que sobresalen torneos con claro tinte deportivo, así como verbenas nocturnas y algo que es ya toda una tradición, la gran paella popular. Tanto mayores como pequeños se congregaron en el recinto ferial de la entidad local autónoma para establecer y hacer más fuertes los lazos de convivencia entre vecinos.

De este modo, se trataron de unos días para dejar atrás la rutina diaria, que tuvieron como pistoletazo de salida la multitudinaria cabalgata infantil, que discurrió por las principales calles del núcleo. Entre otras actividades, los niños disfrutaron de la representación “El mundo mágico de Jesús Jaén”, un espectáculo dirigido al público infantil que hizo las delicias de los presentes. Eso sí, no antes sin disfrutar del pregón de Francisco Cuadros, en el que destacó algunas de sus vivencias en los 60 años que vivió en el pueblo, de los que 45, los pasó tras el mostrador de la tienda que heredó de sus padres y de la que ahora se encarga la tercera generación.

Así, entre otras cosas, Cuadros relató con gran emoción algunas de las iniciativas que desarrolló con sus amigos para llenar de vida la Estación Linares-Baeza. En este sentido, el pregonero, con su discurso, transportó a los que lo escucharon a los años sesenta. Se trataron de unos instantes que sirvieron a todos para valorar que, de lo que hoy disfrutan los habitantes de la entidad, es fruto de los esfuerzos de los que son mayores.

Otro de los momentos cumbre fue la gran paella popular, en la que la propia presidenta de Linares-Baeza, Mariola Aranda, se convirtió en una vecina más para disfrutar de un día entre amigos y familiares. En definitiva, el pueblo clausura unos días en los que la convivencia, la alegría y el saber estar dibujaron una feria incomparable que se organizó para todos los públicos, pero que disfrutaron, en especial, los más pequeños, ya que participaron en competiciones deportivas donde lo más importante no fue ganar, sino participar y la alegría del juego. No obstante, los mayores tuvieron la oportunidad de reencontrarse con amigos, vecinos y familiares en las verbenas celebradas en el recinto ferial de Linares-Baeza. Unos días que no se olvidan.