La ciudad, con su patrona

El entorno de la Ermita de Linarejos acoge las fiestas del jubileo

06 ago 2018 / 16:00 H.

Amor por la madre y reina de Linares en el aniversario de su aparición al pastor Juan Jiménez en 1227. Esto es lo que demostraron los devotos durante las fiestas del jubileo, para las que la Cofradía de la Virgen de Linarejos Coronada preparó un amplio catálogo de actividades lúdicas y festivas entre las que destacaron misas vespertinas. A nivel popular, en el recinto de la tómbola, se ofrecieron figuras de barro y cerámica con motivos marianos para su venta. Además, las inmediaciones de la ermita también contaron con grandes actuaciones musicales.

La celebración comenzó el sábado, con el traslado de la patrona de Linares por su cuerpo de horquilleros al altar instalado en el atrio del santuario a las 22:00 horas. Justo entonces, los hermanos y devotos de la Virgen de Linarejos protagonizaron una ofrenda floral en honor de la patrona y, para finalizar, se celebró una solemne misa en el atrio instalado a los pies de la ermita, que fue oficiada por el sacerdote de la ciudad.

Los fervorosos de la madre de Linares continuaron la fiesta ayer, a partir de las 12:30 horas, con una sagrada eucaristía en el interior del santuario. Así, el acto contó con la asistencia de hermanos, devotos y autoridades, así como representación de otras hermandades y cofradías de la ciudad de las minas, que quisieron rendir homenaje a la patrona en el aniversario de su aparición. Asimismo, entre fe y alegría, los devotos culminaron ayer una festividad que goza de muchos años de tradición en la ciudad. Además, es la primera vez que se celebra con la Virgen de Linarejos como Alcaldesa Honoraria Perpetua de Linares, una buena nueva que Diario JAÉN acompañó con la edición de un broche bañado en oro de la patrona de los linarenses. De este modo, prácticamente todo el entramado cofrade de la ciudad, ya que acudieron numerosos representantes de otras cofradías, disfrutó de un fin de semana lleno de convivencia y de lo más importante, el amor por una figura que recoge a todos los linarenses bajo su manto, la de la patrona. En definitiva, las inmediaciones del recinto de la Ermita de la Virgen de Linarejos se convirtieron en un foco que rezumó fervor, compañerismo, amor durante todo el fin de semana.