El Nazareno bendice a su ciudad

El tiempo respetó el Viernes Santo, tras varios años de complicaciones, y Linares disfrutó, en sus calles, de la procesión del Nazareno. Multitud de fieles a la imagen recibieron su tradicional bendición y vivieron una procesión en la que predominó la belleza.

19 abr 2014 / 22:00 H.


La céntrica Plaza de San Francisco era un hervidero en la “Madrugá” del Viernes Santo. Miles de linarenses se concentraron en ese punto para dar la bienvenida a la cofradía más emblemática y populosa de la ciudad. Con la seguridad de que el tiempo respetaría, tras varios años sin hacerlo, “El Nazareno” se dispuso a vivir, con gran intensidad, una procesión muy bella.
A las tres de la madrugada comenzó a salir del templo la cruz de guía y los primeros penitentes que formaron el cortejo procesional. Tras ellos llegó el paso de San Juan Evangelista, reformado este año para ser llevado por treinta costaleras. La orden de abrir las puertas de San Francisco al Nazareno no se produjo hasta las cuatro, momento en el que apareció su majestuoso paso dorado. La abarrotada plaza se llenó, entonces, de vítores hacia la imagen más venerada de la ciudad, que estuvo acompañada por el paso de palio de María Santísima del Mayor Dolor.
Todo estaba dispuesto ya para que Linares recibiera la primera bendición del Nazareno este año. Bajo los sones de la marcha “Oración”, interpretada por la Banda de Cabecera de la hermandad, la mano de Jesús se movió, hasta en tres ocasiones, para realizar la señal de la Cruz. Una lluvia de aplausos y el ronco sonido de los trompeteros acompañaron el momento, bello y emotivo.
Una vez concluida la tradicional ceremonia, el cortejo procesional formó filas para empezar su caminar por las calles de la ciudad. La anhelada procesión del Nazareno volvió a dejar estampas maravillosas en todos los puntos de su recorrido, como el paso por la calle Pontón, la segunda Bendición en Santa Margarita, la Carrera Oficial y la entrada el templo. Escenas de fe y sentimiento.