Curro Díaz luce de gloria y oro

El linarense sale a hombros con Talavante, mientras que Manzanares logra un trofeo

29 ago 2016 / 12:45 H.

Da igual cómo se vista. Curro Díaz luce de gloria y oro. Qué manera de torear en Linares y qué capacidad para ver al toro, medirlo y encontrarlo en sus terrenos. Salió a hombros con Talavante, pero le pasó por encima. También a Manzanares. Cuando hicieron el paseíllo, era el único que iba destocado. Y no era su presentación, sino respeto a la figura de Manolete. Su gesto era serio. A Curro le pesa Linares porque le duele. Por eso, con el primero ya puso la tarde a cien revoluciones.

No era fácil el de Luis Algarra. Tampoco lo fue ninguno de la corrida. Todos bajos de raza, desentendidos y con la amenaza constante de pararse si se les apretaba. Lo quiso torear con el capote, pero el aire casi no le dejó. Con la muleta lo ve clarísimo. Vaya dos series de derechazos que le dio después de afianzarlo sin exigirle demasiado en los primeros compases —más a media altura y con series cortitas—. Enseñó al público que por el izquierdo tenía menos opciones con una serie al natural, aunque de muletazos de uno en uno. Por ahí no había para más. Acabó con bellos remates por bajo antes de una buena estocada, que le valió un trofeo.

Al cuarto lo vio nada más que le embistió una vez en el capote. Desistió de torearlo a la verónica después de dar tres lances encajado porque sabía bien cuáles eran sus condiciones. Lo castigó poco en el caballo. Cogió la muleta y aplicó una tauromaquia muy bella, que dicta que torear es componer. Y colocaba el cuerpo mientras que el toro pasaba, al principio, bastante rajado. Cuando hizo que el animal embistiera, le apretó bajándole la mano en dos series en redondo con las que reventó la plaza a olés. Le dio otra más al natural, pero por ahí el animal protestaba. Volvió a la derecha y se metió en los terrenos del toro. Sabía que la faena era de las de “pronto y en la mano”, por lo que no desaprovechó ni un solo muletazo. Le dio un espadazo fulminante y logró los dos trofeos. Curro Díaz se viste de gloria cada día. Da gusto verlo.

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