Voleibolista entre los belgas

Es una de las estrellas del club Volley Oxyjeunes Sodraep. Esta iliturgitana reside cerca de Charleroi, donde puede desarrollar su pasión por el deporte y conocer las costumbres y el idioma del país que es el corazón de Europa

11 dic 2016 / 11:23 H.

Rocío Gómez López, nacida en Andújar en 1987, es una estrella del equipo de voleibol Volley Oxyjeunes Sodraep en Farciennes, una población belga, próxima a Charleroi. Es una ciudad de la parte francófona del país, un dato que no es baladí, puesto que en esta nación centroeuropea hay tres idiomas diferentes: francés, el holandés, en el norte, y, para rizar el rizo, un poco de alemán, en el este del país.

Ya conoce este rincón del mundo, puesto que vivió allí una larga temporada. “Lo que hago en este país es lo que más me gusta: el voleibol”. “Vine aquí, en 2013, a un club de la Segunda División belga, con el objetivo de subir a la Primera División, un logro que se cumplió”, aclara esta receptora, que así se llama su puesto en la alineación, una jugadora clave, ya que tiene que evitar los tantos del contrario. Su buen hacer hizo que los responsables del equipo quedaran contentos con su rendimiento; la satisfacción fue mutua, por lo que las dos partes alcanzaron un acuerdo para renovar. “Fue algo difícil, porque no son las mismas costumbres ni los mismos pensamientos”, reflexiona. Después de pasarse dos años en España, los belgas volvieron a contactar con ella para que aportara una mentalidad diferente al club y con la misión de hacer una buena cantera. “Sin pensarlo dos veces, acepté. Es un país muy agradable, la gente, al menos la del sur, suele ser muy simpática y abierta, se preocupan mucho de ti y hacen que te sientas como en casa”, deja claro la iliturgitana.

Actualmente, reside en un pueblo cercano a Charleroi, Gilly, con otra compañera española. Este núcleo, con cerca de veinte mil habitantes, está a unos dos mil kilómetros de Andújar, o sea que no le permite hacer escapadas cortas. “Soy jugadora y también entrenadora de otro de los equipos del club. Esto me ayuda mucho y permite mejorar mi aprendizaje del francés, ya que, al tener que expresarte, es cuando te haces con una lengua que no es la tuya”, explica Rocío Gómez López. La deportista iliturgitana no pierde el tiempo y aprovecha para cursar estudios de “Marketing y publicidad”. “No descarto la posibilidad de buscar algún trabajo por aquí, aunque las cosas no están muy bien”, aclara, en contra del mito de que en el resto de Europa hay trabajo para cualquiera que lo busque.

“Lo mejor de este país es la belleza de sus paisajes y las casas: todas tienen su propio jardín y son como viviendas de cuento. En España, lo que más encuentras son bloques de pisos. Sin embargo, aquí, cuando vas por la carretera, lo único que se ve es verde”, razona. También hay que hacer frente a otras cuestiones menos agradables en Bélgica. “Lo peor de este país es que te puedes pasar semanas sin ver el sol. Eso se hace duro”, deja claro. Otro aspecto negativo es la alimentación. La base principal de su gastronomía son las llamadas “fritas”, que no son otra cosa que patatas fritas. Eso sí, como apunta, la principal forma de consumirlas es con mejillones al vapor, o sea que, como apunta entre risas, el plato estrella belga es el “moules-frites”, literalmente, mejillones-patatas fritas.

“Uno de sus grandísimos defectos es su pensamiento negativo. Quizá parte de culpa lo tenga el tiempo, al estar siempre gris y oscuro y salir muy poquito el sol”, confiesa también Rocío Gómez López en su retrato de Bélgica. “Por el momento, estaré aquí durante ocho meses, porque vengo solo por una temporada, pero la verdad, aquí se vive bien y muy tranquilo, quizás repita”, sostiene.

brillante jugadora

La jugadora iliturgitana tiene entre sus logros el haber sido seleccionada para representar a España en la Liga Europea en varias ocasiones y cuenta con títulos como el subcampeonato de la Copa de la Reina, disputada en Salou, o el tercer puesto en la liga con el Nuchar Eurochamp Murillo y títulos con el CV Sanse de San Sebastián de los Reyes, además de un Tercer puesto en el Campeonato de Andalucía, entre otros triunfos. Como buena iliturgitana, se define como muy romera y devota de la Virgen de la Cabeza, aunque sus compromisos profesionales, en alguna ocasión, le impidieron estar con Ella. En Bélgica, donde su desarrollo profesional crece, reconoce que, en ocasiones, se le hace cuesta arriba no poder pasar tiempo con su familia y amigos y recorrer las calles de su ciudad, donde, a diferencia del centro de Europa, sí luce un espléndido sol.

Integrada en el país

Charleroi, en francés “Rey Carlos”, es la mayor ciudad y municipio de Valonia, ubicada en la provincia de Henao, Bélgica, con una población que ronda los doscientos mil habitantes y un área metropolitana de 1.462 kilómetros y una población que supera el medio millón de personas, lo que la convierte en la cuarta con más habitantes de Bélgica. Los habitantes son comúnmente conocidos como carolorégiens o simplemente carolos. La jugadora de voleibol iliturgitana está asentada en el extrarradio de Charleroi, en un núcleo de población llamado Gilly, donde residen unas veinte mil personas, una comunidad similar a Martos y Alcalá la Real. Está satisfecha de residir allí, a pesar de que algunas costumbres todavía le chirrían un poco. Su equipo tiene su sede en Farciennes, un municipio muy próximo a los anteriores.

la confusión de la mascota de esta jiennense por el mundo
idcon=12530797;order=15

El modo en el que los seres humanos nos relacionamos con los animales no es el mismo en todos los rincones del mundo. Por eso, cuando se le pregunta por anécdotas, a la iliturgitana Rocío Gómez López se le viene a la cabeza el modo en el que los belgas llaman a los perros. Allí, aseguran, les chistan, lo que en España se hace para asustarlos, y, claro, la perrita con la que vive está acostumbrada a acudir cuando le silban, no cuando le chistan. “Cada vez que se acercan a ella, la pobre huye a toda velocidad, completamente asustada”, asegura. La jugadora de voleibol también vivió sus propios sustos, como cuando se trasladó con su coche hasta Bélgica y tuvo que atravesar una carretera completamente helada. En el trayecto se dio cuenta de que alguien la seguía desde otro coche, sin saber de quién se trataba. Finalmente, era la Policía a la que ella había “invitado” a adelantarla por error. No sabía muy bien hablar francés y le costó pasar un trago hasta que le explicó a los agentes quién era y hacia dónde se dirigía, en medio de tanto frío.

de viaje por el corazón de europa
idcon=12530805;order=17

Rocío Gómez López puede disfrutar de todo el encanto de los países del corazón de Europa, una de las ventajas de residir en Bélgica.

preparada para soportar el frío
idcon=12530811;order=19

La vida en Bélgica no permite disfrutar mucho del sol, por eso cualquier jornada obliga a abrigarse para soportar el frío.

canales y más canales en una tierra de ríos
idcon=12530817;order=21

La infraestructura hídrica es uno de los signos distintivos de Bélgica y el resto de los países del Norte de Europa, bendecidos con grandes ríos.

Pasión por la música por todos lados
idcon=12530823;order=23

El amor por la música clásica es una de los valores que se respiran entre los belgas y las interpretaciones musicales protagonizan mucho del arte que se exhibe en las calles.