Vestigios de arquitectura civil del siglo XVII (y II)

11 dic 2016 / 11:23 H.

Escribíamos en anterior ocasión y en este mismo diario provincial, siguiendo la estela de la revista “Almenas”, del Colegio Oficial de Arquitectos de Jaén, número 1, septiembre de 2002, en la que se publicó el trabajo “La Casa de Diego Martínez Vadillos, Arquitectura palaciega del Siglo XVII en Mancha Real”.

Indicábamos, ahora lo encontramos, que ese trabajo se dedicó a Noelia Martínez Martínez, arquitecto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, Máster en Arquitectura y Patrimonio Histórico, y Alfonso L. Montejo Raez, Licenciado en Humanidades por la Universidad de Jaén.

Precisábamos que dicha casa se conoció durante muchos años aquí como la “Casa de Doña Paz”. Hoy, tal vivienda no existe y, en su lugar, hay solamente un solar cercado. Así lo decidió el vecino de Mancha Real, Manuel Díez Linares, que fue propietario de la casa, ahora son sus herederos.

Contábamos muchos “datos y detalles” de la “Casa de Doña Paz” (antes de Diego Martínez Vadillos) y finalizábamos la “colaboración” en las páginas de Diario JAÉN escribiendo que el destacado arquitecto que dirigió las obras fue Eufrasio López de Rojas, quien intervino, además, en cuatro de las etapas de la construcción del templo parroquial de San Juan Evangelista, Monumento Histórico Artístico Nacional y que nosotros calificamos en cualquier oportunidad que tenemos como “una de las dos principales joyas de la corona” que Mancha Real tiene, lo que significa un verdadero orgullo para quienes aquí nacieron, vivan o no vivan en este lugar, para quienes no estáis entre nosotros e, incluso, para todas las personas que, al visitar Mancha Real, contemplan la maravilla que es el mencionado templo. Parece que Eufrasio López de Rojas (nacido en Andújar en 1628, falleció en 1683 y fue enterrado en el Convento de Carmelitas Descalzas de Jaén) dijo que en esta localidad hay dos construcciones de Arquitectura Civil del siglo XVII.

La casa de la familia de Juan Castro Fernández fue, en su momento, por dentro reformada por su propietario actual, pero que el mismo quiso que la fachada conservara, en la medida de lo posible, los elementos que tuvo cuando se construyó en el siglo XVII. Esta casa está ubicada en la calle que se denomina Francisco Solís, en la que, quien suscribe esto, en calidad de cronista oficial de la villa, hizo una solicitud y no ha recibido contestación (a pesar del mucho tiempo transcurrido) por parte de las autoridades competentes para que la plaza actual, simplemente, fuera sustituida por otra con el texto siguiente: “Beato Francisco Solís Pedrajas”, aduciendo por nuestra parte que fue declarado Beato por la Iglesia Católica hace ya tiempo, y que Pedrajas es el apellido de la madre de este “santo varón”, que nació en Marmolejo, vino de párroco a Mancha Real, aquí estuvo 14 años y murió mártir en el transcurso de la Guerra Civil en nuestra localidad, estando depositados parte de sus restos mortales en la parroquia ya citada, sin olvidar que Francisco Solís Pedrajas realizó en nuestro pueblo una impresionante labor en los ámbitos religioso, social, educativo, etcétera.

Y el otro “Vestigio de arquitectura civil del siglo XVII en Mancha Real” está en un lamentable estado de conservación. Se encuentra en la calle Maestra, frente al salón parroquial de San Francisco, y este inmueble, cuyo proyecto dirigió, igualmente, Eufrasio López de Rojas, pertenece actualmente a los herederos de los Hermanos Jiménez Jiménez de Mancha Real, tiene muy parecidas características a las casas situadas en la calle Francisco Solís y Maestra (Casa de Doña Paz) y “se van a caer a pedazos” ante tanta indiferencia, entre ellos, la de sus propietarios actuales, eso sin olvidarnos tampoco del peligro que representa una vivienda, señera en otros tiempos ya lejanos, pero que en el tiempo actual significa, entre otras cosas, “dejadez, abandono, desprecio a nuestra historia, ignorancia”... ¡para qué seguir!