Una vuelta a lo tradicional

Tras el auge de las nuevas tecnologias, ha surgido una tendencia alternativa de comprar juguetes tradicionales, los clásicos de siempre que alejen a los niños de las pantallas y tabletas

06 ene 2019 / 11:18 H.

Animales robóticos, coches teledirigidos, “hoverboard” eléctricos, gafas de realidad virtual, tabletas... La carta de los reyes que los niños jiennenses escribieron este año, muy probablemente, contenía algún que otro juguete cuya principal característica sea la de tener una batería recargable y, al ser posible, estar conectado a la todopoderosa red de internet. Sin embargo, existe una corriente que busca distanciarse —al menos un poco— de esta necesidad constante de estar “pegados” a un aparato electrónico que tienen muchos niños de en la llamada “Era Digital”. Son ellos los que buscan traer de vuelta esos juguetes con los que, antes, los más pequeños, disfrutaban y se divertían en los recreos del colegio o en la plaza con los amigos. Los hoy conocidos como juguetes tradicionales vuelven para ofrecer una alternativa a quienes no quieran que sus hijos crezcan fijados a una pantalla y desarrollen su creatividad de una forma más natural.

Pros y contras hay muchos en ambos bandos, pero ante el indudable auge de los juguetes electrónicos ha surgido una tendencia que se mueve en un terreno totalmente diferente: recuperar los clásicos de siempre. Entre ellos, los juguetes de madera son los preferidos por las familias. Peonzas, yoyos, puzles y tangrams o la comba son algunos de esos elementos que muchos padres no quieren que sus hijos se pierdan durante su niñez. Así, desean que los pequeños también disfruten de esas tardes de mientras saltan a la comba al ritmo de canciones tan nostálgicas como “Al cochecito leré/ me dijo anoche, leré, /que si quería, leré/ montar en coche, leré”, o de la alegría que se siente al sacar todas las canicas de los adversarios del círculo y conservar, con suerte, la mayoría de las propias.

Desde Didácticos Merlín, Pedro Díez afirman que han visto mucho interés por parte de los jiennenses de recuperar los juguetes antiguos. En esta tienda destacan por ofrecer una línea de venta “muy diferente al resto”. Así, defienden que los clientes que pasan por su tienda “buscan un tipo concreto de juguete, como los de madera. Pero, sobre todo, aquellos que son educativos”. Ante los gustos cambiantes de los pequeños, Díez manifiesta que ellos se “salen del típico juguete típico que se anuncia en la televisión” y añade: “Apostamos por el juguete tradicional como los de construcciones, puzles... En definitiva, intentamos que se sigan conservando los juguetes de antes y salir un poco de la parte electrónica que se rige tanto por las marcas y los dibujos animados”.

Tras experiementar un aumento más que notable en las ventas para estas fiestas, Díez asegura que son muchos los padres que tienen “ciertas inquietudes” sobre la educación y desarrollo de sus hijos y dice: “Quieren que sus hijos se aparten un poco de los aparatos electrónicos y, por ello, vuelven a buscar este tipo de juguetes, para que los niños vuelvan a algo más natural con el objetivo de que desarrollen mejor su creatividad”. Asimismo, remarcan como un punto muy relevante que se deje de distinguir entre juguetes para niños y para niñas. “Nosotros hemos intentado no tener nunca una separación entre juguetes de niño y de niña. Tenemos juguetes que, aunque el perfil comercial pueda estar encaminado a un sexo determinado, nosotros lo ofrecemos igualmente para unos y otros”, detalla.

En esta línea, trabaja el Instituto Andaluz de la Mujer, desde el que se realiza anualmente la “Campaña del Juego y el Juguete No sexista, No violento”, cuyo objetivo es el de “sensibilizar sobre la necesidad de eliminar el contenido sexista y violento de muchos juegos y juguetes y contribuir así al desarrollo de actitudes y comportamientos de cooperación, respeto a las diferencias y relaciones de igualdad entre las niñas y los niños”. Así, los juguetes también se presentan como una forma con la que acabar con la desigualdad de género y de hacer que todos los niños puedan divertirse con cualquier juguete independientemente del perfil de ventas que puedan tener.

Dominós de madera, construcciones de madera para apilar, puzles, teatrillos de marionetas, peonzas típicas... Todos estos juguetes “se están perdiendo”, pero aún existen tiendas que tratan de conservarlos para las generaciones futuras. “Cuando los niños vienen a nuestra tienda curiosean toda nuestra tienda. Cualquier cosa de aquí les llama la atención por ser tan diferente a lo que están acostumbrados”, expone Díez. Eso sí, hay muchos otros entretenimientos que también triunfan entre las alternativas a las pantallas y aparatos electrónicos. En este rango se sitúan las manualidades. Otro clásico que no falla, cada año, en los regalos que traen los reyes desde oriente. Libros para colorear o pintar, maquetas, juegos con plastilina... Mancharse las manos siempre fue una gran opción para que los pequeños fomenten su creatividad y faceta más artística.

Por su parte, las modas también tienen mucha presencia en las bolsas de los reyes magos. Este año, más de un niño de Jaén le pidió a Sus Majestades de Oriente que le trajeran un muñeco “reborn”. Este afamado juguete es una imitación casi exacta de un bebé real. Sin embargo, cabe decir que solo está disponible para algunas carteras, pues estas piezas pueden llegar a sobre pasar los 100 euros en su precio. Así lo explica Francisco Gutiérrez, gerente de Juguetes Nicol, quien afirma que este año fue el objeto más buscado en su tienda. “Nadie se esperaba que fueran a pegar de esta forma y, lógicamente, cuando te viene algo así, rápidamente se agotan. Sobre todo en estas fechas”, explica. En su negocio los “clásicos de toda la vida” han vuelto a ganar por goleada a los aparatos electrónicos y uno de los más curiosos fue “el moco verde”, una masa pegajosa que, aunque no sea un juguete tradicional, no puede faltar en esta lista por lo llamativo de su caso.

Gutiérrez, por su parte, sostiene que ha notado que, cuando los niños pasan de 7 a 8 años, “lo de jugar con muñecos se acaba y pasan a querer solo teléfonos, tabletas y ordenadores. Con esa edad solo se interesan por los juegos de electrónica. Ha cambiado mucho el modo en el que los niños se entretienen. Para esa edad abandonan los juegos más tradicionales casi al completo”.

Así, para adaptarse a los gustos actuales, Gutiérrez comenta que, aunque los juguetes de antes siguen existiendo, la mayoría son reeditados. “Han sido muchos los que han salido como novedades, pero son juegos de hace 15 o 20 años”. Entre ellos, destaca el caso de la peonza que, como la comba o el diábolo, suele ponerse de moda cada cierto tiempo. “Cuando llega el momento te la piden, pero en casos muy aislados. Para que te pidan esto depende del entorno y las modas en las que se muevan los jóvenes”, comenta. De esta forma, las peonzas suelen gustar más a los niños que estén en edad de ir al colegio. “Allí, empieza a llevarla uno y ya la llevan todos”, bromea Francisco Gutiérrez, quien detalla sobre este juguete que ahora se han sacado nuevos tipos. “Ya no son como las clásicas de antes, las de madera con la punta de metal. Ahora las hay de todo tipo: de luces, con ejes que giran.... Cuando pega la moda, que siempre lo hace fuerte, no hay peonzas para servir”, subraya y sostiene, así, la idea de que los clásicos no deberían perderse ante los “juegos de luces”.

Los andaluces eligen a los reyes magos
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Pese a que la costumbre de celebrar la llegada de Papá Noel está cada vez más asentada en España, la mayoría de los andaluces sigue esperando a la mágica noche del 5 de enero para dejar sus regalos bajo el árbol. Así lo demuestra un estudio realizado por Groupon entre más de 1.500 españoles, que revela que el 80% de los andaluces espera a la mañana del 6 de enero para abrir sus regalos, aunque de este porcentaje, un 16% solo elije esta fecha para los regalos de los más pequeños. Además, la imagen más habitual en la mañana de Reyes en cualquier casa es abrir un paquete tras otro, rompiendo papel de regalo a toda velocidad para descubrir rápidamente qué contiene y pasar al siguiente. De media, los españoles reciben 5 regalos cada Navidad, aunque no siempre se acierta, y un tercio de ellos los consideran “inútiles”. Por ello, cada vez más personas se muestran sensibilizadas con el exceso de regalos, y un 42,5% estaría renunciaría a sus regalos si eso significa que sólo reciben las cosas que quieren.