Un torafeño, feliz en Holanda
Un maestro del saxofón que se forma en el Conservatorium van Amsterdam, donde da rienda suelta a su otra pasión, la de ser director de orquesta. Entre tanto, continúa con su cuarteto Milonga
Juan Pedro Luna Agudo, nacido en 1992 en Iznatoraf, es un virtuoso, saxofonista y director de orquesta. Comenzó a estudiar música con solo 5 años, en su pueblo, y, después, amplió su formación en los conservatorios de Baeza y Jaén para culminar en el Superior de Sevilla, donde se graduó con Premio Extraordinario Fin de Carrera. En estos 14 años, fue clave el respaldo de profesores como Marcos López, en Jaén, y en Sevilla, Juan Jiménez, aunque también agradece la influencia de otros maestros como Alfonso Padilla y José Antonio Santos. De la capital hispalense pasó a los Países Bajos, donde reside desde hace tres años.
¿Cómo terminó en Holanda? Gracias a su talento. Logró superar las difíciles pruebas de admisión en el prestigioso Conservatorium van Amsterdam, donde cursa un máster de interpretación con el profesor Arno Bornkamp. En el corazón de Europa ejercita su otra pasión, la dirección de orquesta, gracias a las clases particulares con el profesor Sam ten Velden. “Había dirigido mucho la banda de mi pueblo, todo lo que sabía lo aprendí gracias a vídeos de directores famosos y con lecturas”, relata. Pero, en esta faceta, también es buen alumnos y, de nuevo, solicitó una plaza en la exigente escuela musical amsterdamesa. En el conservatorio aprende gracias a Ed Spanjaard y Lucas Vis que, con su batuta, se pusieron al frente de algunas de las mejores orquestas del mundo, como la de la radio de Babiera, en Alemania. “Aquí me encuentro, con mi máster en saxofón acabado y estudiando dirección de orquesta”, explica.
Y es que Juan Pedro Luna Agudo no pierde el tiempo, con una retahíla de galardones en concursos internacionales, como el primer premio en el Concurso de Juventudes Musicales de España y en certámenes de Eslovenia, Croacia y Andorra, entre otros muchos países. “Además de estudiar dirección de orquesta, siempre estoy preparado para los conciertos con mi cuarteto Milonga Saxophone Quartet y con mi pianista Juan Escalera”, relata el joven torafeño. Además, está al frente del “ensemble” de saxofones del Conservatorium van Amsterdam, en la clase de Arno Bornkamp. “Eso me permite practicar todo lo que aprendo en mis clases de dirección de orquesta. Además, hay una estrecha colaboración con Arno Bornkamp. Trabajamos mucho juntos, con la preparación del repertorio para los conciertos o cuestiones de logística. El que, hasta el año pasado, fuera mi profesor de saxo, pasa a ser mi compañero. La amistad se ha forjado”, deja claro.
Juan Pedro Luna Agudo ya ha tenido la oportunidad de enseñarle los canales de la capital de los tulipanes a su familia, que, le ha visitado y le brindó su apoyo en las pruebas de entrada al conservatorio y el día de su examen final. Además, espera la llegada de su hermano para el próximo año. Al igual que él, también es un amante de la música, toca el trombón. “Lleva también una vida llena de éxitos pese a su juventud, con tan solo 21 años. En abril, hizo las pruebas de entrada, y también está seleccionado para estudiar el máster.
Eso sí, dice no sentirse solo, ya que sus compañeros de piso son sus familia holandesa. “Son todos músicos y, cuando vinimos, no nos conocíamos en persona, solo por amigos en común”, deja claro, a pesar de ello, los vínculos son muy fuertes actualmente, sin importar que no haya lazos de sangre. “En Holanda es muy difícil encontrar casa. Cuando vinimos no teníamos nada, así que decidimos irnos una semana a un hotel para tratar de localizar algo”, recuerda, al igual que los muchísimos trámites que tuvieron que superar para poder instalarse finalmente; una experiencia tediosa que, eso sí, fue el principio de una gran amistad.
Los españoles no tienen muy buena fama en Holanda, una leyenda negra que viene de los tiempos en los que los Tercios entraron a sangre y fuego en Flandes. “Sí que algunos nos ven un poco como extraños y a algunos no les gustamos. No sé por qué, la verdad, aunque no es que sea algo generalizado, está claro”, reflexiona este joven de Iznatoraf. De este país, Juan Pedro Luna Agudo admira su increíble sistema de diques que tienen allí para que el territorio no se inunde, en algunas zonas, hasta cuatro metros por debajo del nivel del mar. En cuanto al tiempo, hay mucha humedad, porque llueve muchísimo, con frecuentes nieblas y frío prácticamente todo el año. Además, como lamenta, anochece muy pronto, sobre las cuatro y media de la tarde, algo que le ha llevado a tomarse el almuerzo sin luz del día en alguna ocasión. Eso sí, el verano es maravilloso, con muchas horas de sol.
De lo que no hay duda, como deja claro Juan Pedro Luna Agudo y salta a la vista para cualquier visitante, es que en Holanda hay una cantidad impresionante de bicicletas. “Yo he tenido suerte y no me la han robado nunca, porque normalmente me muevo andando por la ciudad y solo me monto si tengo que ir muy lejos. Mi casa está en Zaandam, que estará a poco más de 10 kilómetros de Amsterdam”, explica el músico. Al elegir entre las dos ruedas y el pedaleo y el tren prefiere este último, ya que le permite aprovecharse de un sistema rápido y bien organizado. “Eso sí, tengo amigos que tienen que comprarse una bicicleta cada dos por tres”, ejemplifica. “A una compañera, le robaron una, se compró otra, y, a la semana siguiente se la robaron de nuevo, le han sustraído cinco solo en lo que va de año, es algo espectacular”, asegura.
“Soy un enamorado de mi pueblo y le doy mucha publicidad por todos los sitios a los que voy”, deja claro Juan Pedro Luna Agudo. “Es muy pequeño, pero encantador y muy turístico, por eso recomiendo a cualquiera la visita”, asegura este jiennense por el mundo. Eso sí, admite que las oportunidades que le brinda vivir en Amsterdam, una de las principales ciudades de Europa y en la vanguardia cultural, son inmensas. “Hacer conciertos en muchos sitios, conocer a grandes músicos, escuchar las mejores orquestas, ofertas de trabajo, incluso a tiempo parcial”, explica. Y es que, como él, muchos estudiantes compaginan el estudio con unas horas de trabajo, para ganarse un sueldo y recibir además una beca del Estado. “Lo mejor de estar en un sitio así son conexiones y contactos. La gente te conoce y, poco a poco, si saben que eres bueno, te llaman para muchos conciertos”, asegura. “Tengo ya bastantes confirmaciones para el año que viene”, anuncia este torafeño, apasionado de la música que no olvida dónde están sus orígenes.
La última actuación del saxofonista torafeño en el extranjero. Fue en Croacia, con la orquesta The Zagreb Soloists. El recital es parte del primer premio que obtuvo, en 2014, en un certamen internacional celebrado en esta ciudad.
Junto a sus compañeros de piso, con los que asegura haber compartido experiencias de todo tipo, buenas y no tan buenas. Eso sí, desde el principio hubo una conexión increíble. En la imagen, justo antes de asistir a una ópera en Amsterdam.
Juan Pedro Luna Agudo dirige un ensayo de la orquesta del Conservatorium van Amsterdam. La batuta es una de sus pasiones, junto al saxofón.
El cuarteto Milonga al completo y el famoso director de orquesta Bernard Haitink. Se le hizo un homenaje
en el Conservatorium van Amsterdam, donde además habló de su vida y dio muchos consejos.