Un mito blanco en la sucursal

Machado marcó el primer gol en la nueva categoría en el viejo campo de la Victoria

25 sep 2016 / 11:16 H.

Rafael Alberti incluyó en su “Ora marítima” un hermoso poema titulado “Bahía de los mitos”, en el que el gran poeta gaditano convivía líricamente con las deidades fenicias. A falta de litorales, el sin par oleaje del mar de olivos es también cuna de leyendas vivas que, con su sencillez, engrandecen esta tierra. En casi todas las disciplinas tiene Jaén ejemplos, y el fútbol no iba a ser menos. Figuras que lo fueron todo cuando el Real Jaén se tuteaba con los grandes del balompié y que, hoy en día, son auténticos referentes para las nuevas generaciones del deporte jiennenese.

Entre estos ilustres nombres brilla con luz propia Blas Machado, jugador inconmensurable que aportó lo mejor de sí mismo para que el equipo blanco alcanzara metas históricas. Dicen quienes lo vieron en acción sobre el césped que jugaba como los ángeles, dotado de un talento innato para el deporte rey que, pese al tiempo transcurrido, lo mantiene intacto en la memoria de la afición. La fotografía que preside esta página lo muestra en plena jugada del primer partido del club de la capital en su regreso a la División de Plata del fútbol español, un ya lejano 1976 sobre la hierba de un no menos nostálgico estadio de la Victoria, el escenario de sus grandes gestas.

Retirado como jugador, permaneció en el mundo balompédico y, sobre otro campo, triunfó también como profesional de la banca, un terreno más árido en el que Machado se desenvolvió con la misma soltura.

Ya felizmente jubilado, su tiempo transcurre entre mesas de billar —una de sus mayores aficiones—, libros de aventuras y su hogar, ese cuartel de invierno donde, como Arión, atesora las joyas ganadas a pulso a lo largo de su trayectoria vital. Estos días anda ingresado, con una cadera recién operada —seguramente una de las facturas que su paso por los estadios le ha cobrado— y la misma llaneza que les está reservada a los grandes de verdad. Y es que Blas Machado es, a la vez, historia y leyenda gloriosa del fútbol jiennense, condición que lo acompaña como un dorsal eterno. Quien tanta alegría repartió, no merece menos.

TRAYECTORIA RECONOCIDA
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Las proezas de Blas Machado como futbolista permanecen en la memoria de la afición, que reconoce continuamente su aportación al fútbol jiennense. En la imagen, durante un tributo de la Peña Madridista Xauen en 2008.

una “década prodigiosa”
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El jugador perteneció al club blanco diez años, entre las temporadas 71/72 y 81/82. Una década en la que se forjó su leyenda de gran futbolista, que no ha perdido ni un ápice de actualidad casi cincuenta años después.

un corazón blanco
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El Real Jaén es parte de la vida de Blas Machado, y es frecuente verlo en La Victoria cuando el equipo blanco juega. Incluso, con fines benéficos, ha vuelto a vestir su equipación, como en el partido de veteranos de 2014.