Un hogar, una historia

Habitaciones espaciosas y un estilo lleno de clasicismo se apoderan de esta casa con un enorme y precioso patio elaborado con piedra arenisca propia de Porcuna

03 ene 2016 / 10:27 H.

Situada en la calle Padre Lara, en la tranquila localidad de Porcuna, esta casa es un palacete en la ciudad donde vive Francisco Aguilera, junto a su mujer Mari Carmen Candelario y sus hijos Clara y Francisco.

El matrimonio se casó en 1999. Antes de eso, la casa fue diseñada y construida por el propio Francisco, cantero de profesión, junto al arquitecto Luis Alonso Salcedo. El oficio de Francisco hizo que le pusiera un especial empeño al edificar la vivienda, arraigada en sus recuerdos de niño cuando jugaba en la zona. El taller de elaboración donde él trabaja ahora, y donde antes trabajaron sus familiares, está justo enfrente de donde está su hogar. Por su parte, Mari Carmen fue la que se encargó de amueblar las habitaciones de la casa con gran gusto en ello.

Antes de entrar en la casa, la fachada ya adelanta la notoriedad que tiene la piedra arenisca. Varios balcones decorados con rejería de forja se combinan con el color amarillento de la piedra. Al entrar en la vivienda, los adoquines de color marrón enrrojecido y los muebles de madera adelantan el estilo clásico del hogar. Este se ve mejorado y personalizado con la presencia de elementos decorativos de piedra con una sentida evocación a épocas pasadas. En los salientes de la escalera, por ejemplo, trabajos de Francisco de cuando estaba en la Escuela de Artes y Oficios sirven para embellecer el vestíbulo. Y en el salón esto se aprecia en la chimenea.

El patio fue la zona que centró la atención en la construcción de la casa. Explica Francisco que, a diferencia de las villas romanas, donde ocupa el centro del hogar, en este caso, la zona al aire libre se desplaza, de forma que las condiciones climatológicas no afectan al interior de la vivienda. La terraza, construida en dos niveles, es una lograda combinación de piedra, mármol y cerámica, presentes en el suelo, en los arcos entrelazados, en las columnas y en los platos y vasijas decorativas. Los faroles de forja mantienen y mejoran ese estilo tradicional.

En la planta baja, además del patio, el salón y una salita, también está la cocina, muy personalizada también por el color amarillo de los azulejos, imitando al de la piedra arenisca, y por la buena combinación que hace con la madera.

En la planta de arriba se encuentran dos cuartos de baños, un dormitorio de invitados, los de los hijos y el del matrimonio. Todas estas salas, además de por gusto exquisito en la decoración, destacan por la amplitud. Así es esta casa que es íntima, a la vez que hospitalaria.

Una gran casa inaugurada por un gran hombre

“El día 28 de agosto de 1999 quedó inaugurada y bendecida esta casa por el sacerdote, misionero en las tierras de Ecuador e hijo de Porcuna: Don José Luis Sánchez Aguilera”. Esta es la leyenda que se puede leer en un azulejo de la casa. Y es que el matrimonio se casó en septiembre de ese mismo año habiendo sida bendecida antes por el primo de Francisco Aguilera.

Ornamentación con mucha historia detrás

Francisco Aguilera, el padre de la familia, es cantero de profesión. Antes de serlo él, el hermano de su abuelo era quien llevaba el taller de elaboración de piedra. Entonces tenían la cantera de donde extraían la materia prima en el mismo terreno donde ahora se levanta la casa del matrimonio. Cuando el padre de Francisco heredó la cantera y de una parte de ella se agotó todo el material, tomó la decisión de reservar el solar, que quedó para construir la casa de su hijo. Así pues, tras unas cinco generaciones de canteros en la familia, Francisco Aguilera levantó su casa destacando el uso de la piedra y en un lugar ligado a él por incontables vínculos familiares.

fachada
idcon=11961656;order=13

La fachada, realizada en piedra, sigue el estilo de las casas clásicas de Porcuna. Con la forja de las ventanas y las tejas del tejado, se consigue una combinación perfecta.

PATiO
idcon=11961671;order=15

Inspirado en las casas tradicionales andaluzas, el patio fusiona el arte romano y musulmán con los arcos entrelazados por unas columnas y con el agua presente en la fuente.

cocina
idcon=11961681;order=17

Sigue esa línea clásica que se hace más rústica en esta sala por la cerámica de la pared, de color amarillo y blanco, que combina con el marrón de puertas y muebles de madera.

salón
idcon=11961689;order=19

Los muebles de madera y las lámparas de araña logran un salón clásico engrandecido por las vigas de madera que dan un efecto de majestuosidad junto con la chimenea.

escaleras
idcon=11961697;order=21

Las escaleras muestra al visitante el gran gusto en la decoración que hay en las zonas comunes. Tiene unos basales salientes con trabajos decorativos en piedra de Francisco.

dormitorio matrimonio
idcon=11961705;order=23

Destaca por la amplitud de la sala y por los muebles de madera. Llama la atención de forma especial la cama, de estilo colonial, y un lavabo personal con nostalgia por el pasado.