Somalia, ante una posible hambruna

El coordinador para Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Mark Lowcock, advierte del riesgo de una nueva hambruna en el país y hace un llamamiento a recabar fondos para responder antes de que sea irreversible

09 jun 2019 / 11:38 H.

El coordinador para Asuntos Humanitarios y Respuesta de Emergencia de Naciones Unidas, Mark Lowcock, advierte del riesgo de una nueva hambruna en Somalia y ha hecho un llamamiento a recabar fondos para responder antes de que la crisis sea irreversible. “No creo que el mundo quiera estar de brazos cruzados y ver otra hambruna en Somalia”, dijo, antes de detallar que las previsiones apuntan a que en julio de este año, 5,4 millones de somalíes estarán en situación de inseguridad alimentaria, de los que 2,2 estarán en situación de emergencia. Lowcock sostiene que “Somalia tiene un largo historial de crisis alimentarias y hambrunas, vinculadas al conflicto y los shocks climáticos, combinados con una ausente o limitada gobernanza y una pobreza crónica”.

Así, recuerda que 300.000 personas murieron a causa de la hambruna desatada en 1992 en el país tras la caída un año antes del régimen de Siad Barré, “la competición entre clanes y la destrucción de los recursos hídricos y agrícolas”. “El mundo reacción demasiado lento para evitarlo y carecía de algunas de las herramientas con las que contamos ahora”, señala, antes de apuntar que la situación se repitió en 2011, cuando murieron 250.000 personas. “Finalmente se tomaron medidas, pero fue demasiado tarde para demasiados”, lamenta. En este sentido, destaca que en 2017 el país se vio nuevamente “al borde de la hambruna”, si bien en esa ocasión “las advertencias derivaron en acciones tempranas (...) y se logró evitar”. “Este año, Somalia hace frente a una nueva crisis. Las prolongadas sequías en el Cuerno de África están poniendo a millones en riesgo de hambruna extrema, así como empeorando las necesidades humanitarias en Etiopía y Kenia”, resalta. Por ello, también señala que “se puede esperar hasta que el sufrimiento haya llegado a un nivel extremo, cuando las imágenes de niños sufriendo lleguen a las pantallas de televisión y la gente muera en multitud (...), o anticiparse a la inminente crisis y actuar ahora para evitar que haya una hambruna con todos los horrores que ello conlleva”. “Hay muchas pruebas que muestran cómo actuar pronto para evitar una crisis a gran escala salva vidas, reduce el sufrimiento, apoya una mejor planificación de programas y diseño y reduce de forma drástica los costes”, argumenta Lowcock.

De esta forma, ha anunciado la entrega de 45 millones de dólares (alrededor de 40,1 millones de euros) del Fondo Central de Respuesta en Emergencias (CERF) para “financiar una acción temprana para mitigar un problema que está en camino”. Lowcock detalla que, de esta cantidad, 30 millones de dólares (unos 26,7 millones de euros) estarán destinados a Somalia, mientras que el resto irá a Etiopía —diez millones de dólares (cerca de 8,9 millones de euros)— y Kenia —cinco millones de dólares (aproximadamente 4,5 millones si se habla de euros)—. “Estos fondos del CERF marcarán la diferencia, pero no serán suficientes. Por ello, pido a otros que respondan también con rapidez”, manifiesta el coordinador, antes de alertar de que “la frecuencia de las sequías en Somalia y el Cuerno de África se ha incrementado de una cada siete años a una cada dos o tres años”.

“Unas sequías tan frecuentes no permiten a la gente tener tiempo suficiente para recuperar su ganado o acumular grano entre sequías”, explica Lowcock, quien defiende que la respuesta temprana permite “reducir la escala de la posible crisis”. Varias agencias humanitarias lanzaron el 20 de mayo un plan de respuesta a la sequía para intentar recaudar 710 millones de dólares (alrededor de 632,5 millones de euros) para entregar ayuda a 4,5 millones de personas en la región.