Querida desde la cuna

La provincia siempre ha mostrado una especial simpatía y cariño por la monarquía española, tanto en las visitas de Don Juan Carlos y Doña Sofía como de los reyes Felipe VI y Letizia, incluso ante de acceder a la corona

07 feb 2016 / 10:27 H.

Nadie puede negar el cariño y el aprecio que la mayoría de los jiennenses tiene hacia la Corona de España. Prueba de ello son los recibimientos multitudinarios a los Reyes en cada una de sus visitas a los pueblos y ciudades de la provincia. No es extraño, por lo tanto, que muchos jiennenses respalden la propuesta de la Cofradía de Ballesteros de la Vera Cruz de Vilches, como demuestra el revuelo creado en las redes sociales a raíz de hacerse pública su campaña. Y si los monarcas son queridos, no menos los son los herederos, como lo fue el Príncipe de Asturias, cuya última visita a la provincia fue para la inauguración, el 29 de abril de 2008, para presidir la jura de bandera de la 113-B promoción de la Academia de la Guardia Civil de Baeza. Dos meses antes, en concreto el 11 de enero, Don Felipe, acompañado por su esposa, Doña Letizia, inauguraron el nuevo Teatro Infanta Leonor de la capital, donde fueron recibidos, pese a la intensa lluvia que caía aquella tarde, por cientos de vecinos que se agolpaban a las puertas del recinto.

A continuación, el heredero y su esposa, hoy Reyes de España, comenzaron la visita de las instalaciones, acompañados por las autoridades, la entonces directora del teatro, Carmen Pérez Miñano, y el arquitecto autor del edificio, José Manuel Pérez Muñoz. Así, recorrieron la sala principal, el anfiteatro, la sala de ensayos y la caja escénica. Cuando entraron a los camerinos, la Princesa de Asturias recibió un ramo de flores blancas de la mano un niño.

El teatro inaugurado fue el primero que llevó el nombre de la Infanta Leonor. La primera piedra del edificio se colocó en 2003 y su nombre fue aprobado en pleno con los votos a favor del PSOE y del PP y la abstención de IU en 2005, como regalo a la infanta al nacer. El Ayuntamiento de Jaén, gobernado por el PP con mayoría absoluta, quería mostraron ello todo el afecto de la capital.

La Cofradía de Ballesteros de la Vera Cruz tiene previsto hacer extensiva su iniciativa instituciones como el Ayuntamiento de Jaén y la propia Diputación. En este sentido, Francisco Luis Sola-Isidro insiste: “Nos encantaría que la casa de Su Majestad el Rey rehabilitase el título de Princesa de Jaén y lo pudiese ostentar entre los actuales Leonor de Borbón. Sería bueno, además, —dice— para la imagen de la provincia, máxime si se puede vincular con algún premio que lleve el nombre de nuestra provincia por el mundo”, señala. Por eso, solicita al alcalde de Jaén, al presidente de la Diputación o a la propia ciudadanía, mediante una iniciativa popular, que encabecen esta iniciativa que “puede repercutir muy beneficiosamente en la provincia”.

Como todo lo relacionado con la Corona, tanto esta como otras instancias siempre están envueltas en polémica, como ocurre en aquellas zonas en las que se ha optado por iniciativas completamente contrarias que lo que buscan es retirar cualquier honor relacionado con la Monarquía.

“No hay certeza alguna de que exista ese título”

José Miguel de Mayoralgo y Lodo, Conde de los Acevedos y letrado de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España, no tiene tan claro que la propuesta de la Cofradía de Ballesteros de la Vera Cruz llegue a buen puerto en tanto “no hay certeza alguna de que ese título exista en realidad”. Es más, como la mayoría de los expertos consultados por este periódico, tiene pocas referencias sobre este asunto y las que maneja contradicen a las expuestas por algunos historiadores. Así, recuerda que autores, como Pedro de Ulloa Golfín, desmienten a los que defienden que Jaén quedó incorporado al Principado de Asturias, tal y como apuntan Pero Mexía y algunos otros. Para el representante de la Grandeza, la prueba de que Ulloa Golfín tenía razón es que, a partir de aquel episodio de Enrique VI, “nunca más se volvió a relacionar a Jaén con el Principado de Asturias, porque las villas y ciudades que Juan II de Castilla entregó a su hijo, el futuro Enrique IV, además de Jaén y Cáceres, fueron Úbeda, Baeza, Andújar, Logroño y Ciudad Rodrigo”. En este sentido, insiste en que el Principado de Asturias “siguió existiendo y transmitiéndose a los herederos, pero el Reino de Jaén no, lo que demuestra que esa entrega fue transitoria y circunstancial y limitada solo a la persona de Don Enrique, sin quedar incorporado en ningún momento este reino al Principado de Asturias”, concluye.