Pimientos asados en conserva
La conserva es un método de preservar los alimentos inventado por el francés Nicolás Appert a finales del siglo XVIII. Quiso solventar el problema de la muerte de los marineros, por escorbuto, en los barcos que pasaban largo tiempo navegando. Observó que los alimentos hervidos a más de 80 grados y sin estar expuestos al aire, duraban más tiempo sin echarse a perder. En el mercado puedes encontrar conservas deliciosas y muy variadas. Pero la receta de esta semana es un viaje a las costumbres de nuestra tierra y un guiño a nuestras tradiciones. Nuestros mayores están recuperando los huertos que nos vieron crecer, recuperando el sabor de lo natural y los alimentos saludables. Muchos de ellos, no tan mayores, han hecho de esta tradición una nueva forma de empleo. Por eso, es cada vez más común encontrar productos de la huerta entrando directamente en nuestros hogares. Te invito a elegir productos de primera calidad para elaborar unas conservas como las de antaño.
INGREDIENTES.
Pimientos rojos grandes y carnosos, aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal (opcional), tarros de cristal y agua.
PREPARACIÓN.
En una cacerola, poner los tarros de cristal y las tapas sueltas, cubrir con agua y hervir 15 minutos para esterilizarlos. Escurrir sobre un paño de cocina.
Lavar y secar los pimientos. Colocar en una bandeja de horno y rociar con aceite de oliva. Hornear entre 30 y 40 minutos a 180 grados, dependiendo del horno y del tamaño del pimiento. Darles la vuelta a mitad del horneado. Colocar en una fuente, tapar y dejar sudar 30 minutos. Esto hará que se desprenda la piel más fácilmente. Una vez fríos, pelar, quitar el cabo y las semillas y cortar en tiras. Introducir los pimientos en los tarros, repartir en ellos el agua que soltó del asado y cubrir con aceite de oliva. Salar y cerrar bien.
BAÑO MARÍA.
En una cacerola grande poner los tarros, cubrir con agua y hervir 15 minutos. Dejar enfriar en la cacerola. Etiquetar con nombre y fecha. Puedes disfrutarlos todo el año en multitud de recetas.
CONSEJO.
Cuando elijas los tarros, asegúrate de que están en buen estado. Mucha gente tiene por costumbre abrirlos con ayuda de un cuchillo. Estos botes no te servirán porque no podrán hacer bien el vacío. Sabrás que se ha conservado bien si, al abrirlo, hace “pop” es señal de que entró el aire y, por tanto, de que el proceso no se ha realizado de manera correcta.
Para contactar con las autoras en Facebook: detallesparaelrecuerdo.