La Laguna en Hamburgo

La joven jiennense Macarena Sánchez decidió marcharse a Alemania ante la falta de oportunidades laborales que encontró en España. Trabajó, primero, en un hotel en Praga y ahora desarrolla su carrera en Hamburgo

31 ene 2016 / 10:25 H.

Macarena Sánchez Molina tiene 24 años y estudió el Curso Superior de Hostelería y Turismo en la Escuela de Hostelería La Laguna, en Baeza. Le encanta viajar y, precisamente, esta afición es uno de los motivos por los que, desde hace cerca de un año, vive fuera de España. Actualmente, trabaja en un hotel de Hamburgo, en Alemania, y desde febrero del año pasado se afana en aprender la lengua germana, un requisito imprescindible para que su día a día sea más sencillo. Considera que su nuevo hogar es, sencillamente, “precioso”. El Ayuntamiento, en pleno centro, el puerto, HafenCity o los barrios más populares como Sant Pauli o Reeperbahn, son algunos de sus espacios favoritos. Además, Hamburgo está relativamente cerca de otros puntos de interés para visitar como, por ejemplo, Bremen, Hannover y Lübeck, por lo que para esta jiennense es una ciudad de destino única.

“Siempre supe que no me iba a quedar en Jaén a vivir”, reconoce esta hija de la capital del Santo Reino. “Hace ya un año, cuando me salió la oportunidad de trabajar y seguir con mi formación en el extranjero, no me lo pensé dos veces. En España no tenía trabajo, así que no me fue difícil la decisión cuando me ofrecieron un empleo”, relata Macarena Sánchez, que es otra de esos cientos de jiennenses que, por falta de oportunidades, tuvo que emigrar de su tierra.

También contribuyó a tomar la decisión de marcharse el hecho de que no era la primera vez que hacía las maletas. Hace tres años, estuvo, durante dos meses y medio, en un hotel de Praga. Se enamoró de este destino. “Es una ciudad alucinante y no descarto volver a pasar una temporada allí”, reconoce la joven.

Su llegada a tierras germanas tuvo sus pros y sus contras. Lo que más le costó fue, sin lugar a dudas, adaptarse al horario, bastante diferente al español, por no hablar del andaluz. “A pesar de que no hay diferencia horaria, tienen otras costumbres como, por ejemplo, comer entre las once y media o las doce de la mañana, y hacer la cena entre las cinco y las seis de la tarde”, explica. Encima, se da la circunstancia de que cuando llegó, que era verano, amanecía en torno a las cuatro de la madrugada, lo que le generó sorpresa. “Algo que me llamó la atención es que aquí no hay persianas en las casas, solo cortinas, con lo que acostumbrarse a que te dé el sol en la cara a esas horas es muy fácil”, relata, con cierto toque de ironía.

Como todos los jiennenses que deciden emprender la aventura de emigrar, Macarena Sánchez echa mucho de menos a su familia y a sus amigos. Sin embargo, el siglo XXI se pone de parte de estos valientes y gracias a las nuevas tecnologías se hace todo mucho más llevadero. “La gastronomía se añora bastante porque aquí, en Alemania, es muy diferente. Pero, sin duda, lo que más echo de menos son a mis tres primos pequeños, de los que me estoy perdiendo muchas cosas al estar tan lejos”, evoca, con nostalgia.

Estos aspectos negativos no le hacen arrepentirse, sino todo lo contrario. Tanto es así que a aquellos que barajen la posibilidad, los anima. “Si tienen ganas y se les presenta la oportunidad, que lo hagan. Españoles hay por todo el mundo y nunca vas a estar solo, y es una experiencia única que no se olvida”, recomienda. Si el que lea estas líneas piensa en marcharse a tierras germanas, Macarena Sánchez explica que, por lo general, los alemanes que ha conocido tienen muy buena impresión de los españoles. “Nos ven como gente divertida y muy trabajadora. Les encanta aprender algunas palabras o frases en castellano para poder decírselas a los clientes españoles que tenemos en el hotel”, bromea la jiennense.

emigración “en masa”

No se dispone de un recuento exacto pero se calcula que unos treinta mil jiennenses salieron del mar de olivos entre 1950 y 1970 en busca de un jornal que en Jaén era prácticamente imposible conseguir. Francia, Alemania y Suiza eran los principales países de destino. Los residentes en estos tres países centroeuropeos constituyen el grueso de los miembros de la Asociación Jiennense de Emigrantes Retornados (Ajier), una entidad que, desde la Plaza Cruz Rueda de la capital, defiende los intereses de este colectivo. Tienes unos 650 integrantes que, en la mayoría de los casos, comparten una preocupación. Se trata de la obligación impuesta por el Estado de cotizar por las pensiones que reciben del extranjero, una regularización retroactiva que comenzó en 2008. Actualmente se contabilizan unos seis mil jiennenses retornados al mar de olivos que se marcharon de su tierra.

puerto de mar

Hamburgo es una ciudad portuaria y un destino turístico que ofrece un sinfín de atractivos, empezando, precisamente, por su puerto y el peculiar lago en medio de la urbe. De todos los núcleos poblacionales de Alemania, es, con toda probabilidad, la más entretenida para pasar un día de fiesta, con mucho que ver y hacer. Sus museos, galerías de arte, imponentes edificios, los restaurantes y las tiendas son espacios perfectos para perder horas y horas del día. Pero, como recuerda Macarena Sánchez, un punto que no hay que dejar de visitar durante unas vacaciones en Hamburgo es un paseo por el puerto de más de ochocientos años, una visita a la famosa zona roja de Reeperbahn, que es un lugar predilecto para los turistas, y un momento de relajación y naturaleza en el Jardín Botánico de la ciudad alemana.

Alemania, tradicional tierra de acogida, de españoles con perfiles muy dispares
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Alemania fue y es tierra de acogida de españoles. Nadie podrá olvidar aquella imagen de los años 50 y 60 en que miles de personas hicieron sus maletas en busca de un futuro mejor. En pleno siglo XXI, esta imagen se repite, aunque varía conforme pasan los años. Aproximadamente un 10% de los españoles que se marcharon, en los últimos doce meses, al país germano, tienen un perfil de alta cualificación y un contrato acorde al mismo, mientras que el grueso son o jóvenes con aspiraciones de movilidad o personas de distintas edades que están reproduciendo un patrón similar al de los años 60. Tienen la motivación común de huir de la precariedad, más que del desempleo. La mayoría dispone de experiencia internacional previa, que consideran la movilidad laboral como requisito para reforzar su currículum. Lo que buscan es una migración de ida y vuelta, porque Alemania no es un destino, sino un eslabón en la cadena, piensan que el siguiente paso es otro país, según se hace constar en un estudio de la Universidad Europea.

arquitectura
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Hamburgo tiene edificios arquitectónicamente significativos con una amplia gama de estilos. Apenas hay rascacielos y destaca la iglesia de San Nicolás, el edificio más alto del mundo de 1874 a 1876.36 El panorama de la ciudad puede ser visto desde las altas torres de las principales iglesias, como la de San Miguel.

¿CUándo ir?
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La mejor época del año para visitar Hamburgo es durante los meses de verano. Aunque se disfruta más de la ciudad gracias a las buenas temperaturas, lo cierto es que el turista se expone a una cierta saturación de visitantes, por no hablar de que los precios suben. Por eso, son muchos los que recomiendan la primavera.

singularidades
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Los numerosos parques de Hamburgo se distribuyen por toda la ciudad, lo que hace que sea muy verde. Los parques más grandes son el Stadtpark, el cementerio Ohlsdorf y Planten un Blomen. El Stadtpark, el “Central Park” tiene un gran césped y una torre de agua, y alberga uno de los planetarios más grande de Europa.