La ermita de la Virgen de la Cabeza en tierras de Jamilena

No existe constancia documental de los orígenes de la devoción jamilenuda hacia La Morenita, aunque en el año 1980 se edificó un pequeño templo en su honor en el municipio

15 abr 2018 / 10:46 H.

Desgranaban los primeros meses del año 1980 cuando la ermita bajo la advocación mariana de la Virgen de la Cabeza comenzó a edificarse. Como casi todas estas construcciones religiosas se solían obrar en zonas apartadas de los cascos urbanos. Ermita o eremita son voces que vienen del griego “eremos”, cuyo significado es desierto, aislado o solitario. Está situada en el margen izquierdo del Pecho de la Fuente y a tiro de piedra de la villa. Los terrenos en los cuales se mandó levantar eran de titularidad privada.

La idea de su construcción fue del vecino, Cristóbal Jiménez López, quién sufragó los gastos de la mano la obra a la empresa constructora. Los materiales de construcción y la puerta principal de entrada a la ermita los donaron numerosos devotos. Era de sencilla arquitectura popular andaluza tanto en el exterior como en su interior. De reducidas dimensiones, encalada, con habitáculo para el camarín y su calzada, hacían de este emplazamiento un rincón predilecto y muy querido por todos los habitantes del municipio. La primera talla de la imagen mariana fue donada por Antonio Jiménez, para su veneración en esta ermita. Lamentablemente, tras el enorme deterioro del pequeño oratorio, en septiembre del año 2000, la imagen de La Morenita se traslada definitivamente hasta la parroquia de Nuestra Señora de la Natividad.

Tan solo la pequeña ermita permaneció al culto religioso durante dos décadas. La junta rectora de la cofradía y el párroco de la localidad en esa época, Julio Segurados Cobos, determinaron esta decisión. La ansiada, y tan necesaria, restauración finalmente no se llevó a cabo por su elevado coste. En la actualidad se encuentra derruida la techumbre y, aún, sus muros soportan el abandono del paso del tiempo.

No existe constancia escrita de los orígenes y de los comienzos de la devoción en la villa de Jamilena a la Reina de Sierra Morena. La cofradía de la Virgen de la Cabeza posee su casa de hermandad en el Cerro del Cabezo simbolizando el espíritu de fraternidad de la romería más antigua del territorio nacional. Fue construida en el año 1969 siendo párroco Bernabé López Calvo, y finalizada totalmente dos décadas después. La casa de hermandad fue sufragada por los hermanos y los devotos de la cofradía. En el orden de antigüedad ocupa la trigésimo cuarta cofradía filial. La cofradía jamilenuda no ha dejado de asistir a la romería del Santuario desde que finalizara la contienda bélica. Y, es que la Virgen de la Cabeza, sigue, aún, despertando fervor y devoción intensísimo entre los habitantes de esta localidad. Jamilena, es, sin lugar a dudas, un pueblo de gran fervor mariano, repartiendo sus devociones entre la Virgen de la Cabeza y la Virgen de la Natividad, patrona del municipio. El último fin de semana de abril los devotos de este municipio acuden masivamente a la romería en Andújar. Además, con muchos años de tradición ininterrumpidos, más de cuatro décadas, La Morenita recorre las principales calles de este pueblo en dos ocasiones, el siguiente fin de semana a su fiesta en tierras iliturgitanas y el último día de las fiestas patronales en septiembre. De igual modo, se mantiene viva la costumbre, entre los más jóvenes, de hacer el camino desde tierras calatraveñas hasta la basílica, en Sierra Morena.

Un profundo sentimiento religioso que se ha transmitido y trasladado de padres a hijos.