La alcaldía, una etapa más

Amando Moreno, alcalde belmoralense, hizo de cicerone a Cristóbal López Carvajal

02 oct 2016 / 11:27 H.

El gran Benedetti, además de firmar algunos de los mejores poemas del siglo XX, se definía a sí mismo con una ingeniosa sentencia: “Soy una persona tranquila; la inquieta es mi mente”. Un retrato literario rigurosamente aplicable al protagonista de hoy, el belmoralense Amando Moreno Hermoso, cuya apariencia, efectivamente, transmite sosiego mientras en su interioridad bulle un espíritu imparable para el que los logros y el pasado son solo etapas, experiencias vividas, nada más. Y nada menos.

Y es que en su trayectoria global, felizmente activa a día de hoy, confluye una variedad de aptitudes que, en consonancia con el pensamiento del Nobel Cela, muestra únicamente algunas de las caras de un ser poliédrico, “como todos” —aseguraba don Camilo—.

En Madrid desde su infancia, donde sus padres encontraron un presente y un futuro esperanzador, estudió Bachillerato —aún conserva amigos de aquella época— y Magisterio, impartió clases y, ya en los 90, cursó Derecho con las ideas muy claras: ejercer —y en el ejercicio continúa—. Entretanto tuvo tiempo también de dedicarse a sus paisanos como alcalde de Bélmez de la Moraleda, cargo al que llegó, en sus palabras, porque se lo pidieron y que recuerda como una experiencia más. No obstante, la tierra tira y tanto las conquistas como los proyectos pendientes permanecen en su memoria. Entre los primeros, la red de carriles asfaltados, la apertura de importantes calles y los cimientos burocráticos del colegio belmoralense, para lo que no le dolieron prendas a la hora de pedir fondos. Precisamente la fotografía de hoy lo muestra durante una visita institucional de Cristóbal López Carvajal, entonces presidente de la Diputación, al municipio de las Caras, en compañía de los ediles Eloy San Pelayo, Antonio Fuentes, Juan Pereira y el diputado provincial de Presidencia, Ignacio Ortega.

Enamorado del deporte —está federado en twaekondo, practica boxeo y corre maratones—, dice que “retrasa” así la vejez mientras disfruta de los éxitos de su hijo Amando y le hace “tonterías” a su nieto de casi tres años, que le insufla “nuevos aires”.

AMPLITUD DE MIRAS
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Moreno tuvo tiempo también de dirigir el centro de día de la tercera edad de Martos entre 1998 y 2001, puesto que le permitió granjearse grandes amistades en la ciudad de la Peña. En la imagen, en una entrega de premios.

pasión por el deporte
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El esfuerzo es una constante en la vida de Amando Moreno, y de ello da buena muestra en cuantas pruebas compite. La carrera de la salud de 2015 lo tuvo como corredor sobre el asfalto de la capital jiennense.

padre orgulloso
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Su hijo Amando desarrolla en Shangai un trabajo equiparable a un director deportivo de aquí. Allí triunfa, y su orgulloso padre no pierde ocasión de compartir el poco tiempo que puede con él, como en esta foto de hace unos días, en Jaén.