Jaén, ciudad donde nunca se pone el sol

En el corazón de la isla de Luzón, a cien kilómetros de la capital Manila, existe el Jaén de Filipinas, justo en el punto opuesto del globo terrestre. Cuenta con 67.000 habitantes, que viven del arroz, fundamentalmente, y del mango

24 ene 2016 / 10:30 H.

En el punto opuesto del globo terrestre a nuestra nación se encuentran las islas Filipinas, conjunto de 7.107 islas formadas por la de Luzón, grupo de las Bisayas y la de Mindanao, pobladas por 103 millones de habitantes y otros 11 millones en el extranjero, ocupando el décimo segundo lugar en el mundo por población. A estas islas llegó Magallanes en 1526 y, posteriormente, en 1565 se produjo el primer asentamiento español con la fundación de Cebú (hasta 1571 no se fundaría Manila, la capital).

Población negra en tiempos prehistóricos, con oleadas sucesivas de pueblos austronesios con tradiciones de Malasia, India, mundo islámico y algunas chinas por intercambio de relaciones comerciales. Bautizadas como Filipinas en honor del entonces príncipe de Asturias que, posteriormente, reinaría como Felipe II, estuvo durante tres siglos sometida a la colonización española siendo fruto de ella una cultura hispano-asiática, patente en el arte, música, gastronomía, costumbres y, en gran parte de sus habitantes, la religión católica, además de una variante idiomática del castellano que florecería en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.

A principios del siglo XX estalló la Revolución Filipina apoyada por Estados Unidos de América, que dio lugar a la Guerra hispano-estadounidense, terminando con la derrota y la crisis de 1899 en España. Desde entonces, las Filipinas quedaron desligadas de España, junto con Cuba y Puerto Rico.

La ciudad de Jaén, existente en aquellas islas, se encuentra en el centro de la isla de Luzón, en la parte sur de la provincia de Nueva Écija, contando en la actualidad con una población aproximada de 67.057 personas repartidas en 12.066 casas —según censo del año 2010— y dista de Manila, unos cien kilómetros. Durante el tiempo que duró la dominación española, el río Pampanga era la única vía para viajar a Manila y a otros límites; hoy existen otras vías terrestres que les comunican con otras provincias y municipios filipinos. Como casi todos los pueblos y ciudades de Filipinas, primero fueron asentamientos familiares o tribales dedicados a la agricultura o la ganadería muy numerosos y repartidos por los terrenos isleños. Durante el periodo español era tan solo un barrio dependiente de Gapan, una municipalidad de cuarta categoría en la provincia de Nueva Écija.

Diferentes actos administrativos hicieron que la primitiva comunidad se convirtiera en un barrio de San Antonio. Hasta 1865 Jaén era simplemente una parte de aquella localidad conocida con su viejo nombre de “Ibayong llog” y como barrio era conocido como San Agustín. En junio de 1865 dos líderes locales Kabesang Prudencio Esquivel y Kapitan Antonio Embuscado la separaron de San Antonio y pasó a ser un centro comercial que, al alcanzar una población de 5.000 habitantes, estos solicitaron de las autoridades españolas ser una ciudad. Los funcionarios españoles elevaron la petición al gobernador general de Manila y después fue presentada al general-vice de las Filipinas en la persona del padre Gregorio Martínez que al escrito añadió el cambio de nombre sugiriendo el de Jaén por haber nacido en nuestra provincia, coincidiendo con el apoyo del gobernador general José María Camba que había vivido en nuestra ciudad. En la coordinación con el capellán Estanislao B. Moso, Kabesang Prudencio y Kapitán Antonio fueron los primeros líderes de la nueva ciudad. Gracias a ellos se estableció la primera iglesia católica de Jaén que en la actualidad es la iglesia parroquial de San Agustín. Cruz de Kapitán Dela fue el primer jefe de la comunidad, sucedido por el Kapitán Apolonario Esquivel. Más tarde se elegiría un presidente municipal.

El 24 de agosto de 1896 sus habitantes se rebelaron contra los españoles y durante septiembre del mismo año, armados con bolos y lanzas, hicieron una emboscada a las tropas españolas en Lumanas (ahora sitio de Brgy. Santo Tomás South de esta municipalidad) que, posteriormente, sería designado con el nombre de ”Pinagtambangan”. En el combate mataron a cuarenta soldados españoles, erigiendo un marcador en el lugar de la derrota para recordatorio de este heroico hecho.

La municipalidad de Jaén se extiende hoy sobre 11.800 hectáreas y se divide en 27 “barangays” (barrios, asentamientos o circunscripciones electorales). 9.500 hectáreas se dedican al arroz palay, suponiendo ello el 80% del territorio. 20 de los barangays se irrigan, dedicándose, tan solo, 584 a la producción del mango en la parte sur del territorio, mientras el 10% restante es utilizado para plantar verduras.

En las áreas urbanas existen numerosos y variados centros comerciales, utilizándose internet y ordenadores con telefonía móvil y de cable. Abundan los servicios profesionales de médicos, abogados o ingenieros, y existen numerosos contratistas privados que, al igual que la municipalidad, generan bastante empleo.

Como comentario final, el Jaén de Filipinas ayuda, a nivel modesto y parodiando la famosa frase de Felipe II de que “en el Imperio Español nunca se ponía el sol”, en Jaén nunca se pone el sol puesto que las tres ciudades con el nombre de nuestra provincia Jaén del Perú, Jaén de España y Jaén de Filipinas están situadas en diferentes meridanos del globo terráqueo, que permiten que sea cierta esta afirmación.