Internet: Gran bazar online

La compra-venta de todo tipo de productos en la red se está imponiendo en todo el mundo como un tipo de comercio, el electrónico, nuevo, ágil y eficaz, y son muchos los jiennenses que lo utilizan

14 ene 2018 / 11:30 H.

Una de las virtudes de internet es ser el gran escaparate mundial: la quintaesencia de la globalización y, como tal, el comercio electrónico online encuentra en la red el mejor caldo de cultivo. Empresas grandes, medianas, pequeñas y particulares, ven en este tipo de transacciones una oportunidad de oro para comprar o vender sin morir en el intento. Son muchos los grandes almacenes y centros comerciales que utilizan la venta por internet como una forma de negocio rápida, cómoda y eficaz. Unos con implantación en la provincia de Jaén, como Carrefour o El Corte Inglés, y otros en provincias vecinas como Decathlon, Leroy Merlin, Ikea... Todos ellos y otras muchas empresas, no solo ofrecen descuentos en las rebajas de enero, sino que algunos financian las compras sin intereses o incluyen, y esta es una práctica cada vez más extendida, los envíos gratis, con un seguimiento continuo y riguroso del paquete.

Incluso las hay que se anticipan. El Corte Inglés de Jaén y Linares, sin ir más lejos, adelantó al día de Reyes las rebajas online con descuentos de hasta el 50% en una gran variedad de productos. De hecho, ofrece más de un millón de artículos, que se dice pronto, en su página web. Y los clientes encuentran, por ejemplo, prendas de moda de prestigiosas firmas con interesantes descuentos.

“La web de El Corte Inglés cuenta con artículos rebajados hasta el 50% en moda mujer, hombre, infantil, accesorios, zapatos y deportes”, informan desde estos grandes almacenes. Pero no se trata de descuentos en segundas marcas, saldos u “outlet”, que es como se llama ahora a los “stock” de liquidación, sino en las más deseadas como pueden ser Levi’s, El Ganso, Lacoste, Desigual, Salsa, Gap, Michael Kors... y en los productos de marca más buscados en internet como son relojes, bolsos, pijamas, abrigos, calzado, zapatillas deportivas...

También la red es visita obligada a la hora de adquirir teléfonos móviles “smartphones”, televisores, portátiles, cámaras fotográficas y accesorios, instrumentos musicales... Un inmenso bazar en el que se compra y se vende de todo en la más amplia acepción del término.

Un mercado online donde lo mismo se compra que se vende aceite de oliva virgen extra, que antigüedades, arte, coleccionismo, automóviles, motocicletas, recambios, disfraces, fármacos, alimentos no perecederos o perecederos, que de todo esto y mucho más hay en la viña del señor marqués.

Un botón de muestra es, por ejemplo, el disco “Lo niego todo”, de Joaquín Sabina, que se convirtió en el más vendido de 2017 en Amazon.es. Este último trabajo del genial ubetense se colocó por encima de la banda sonora de la oscarizada película “La La Land”, que ocupa el segundo puesto en ese escalafón. En el tercer peldaño del “top 10” de Amazon.es está “Prometo” de Pablo Alborán y, en el cuarto, Vetusta Morla, con “Mismo sitio, distinto lugar”, según informa la agencia Europa Press.

pero No todo es oro. Es bien sabido que no es oro todo lo que reluce. Hay empresas serias, que subsanan cualquier incidencia, pero entre tanto grano siempre se cuela alguna paja. Las asociaciones de consumidores andan al loro por las quejas que les llegan, ya que el comercio online es también terreno abonado para la picaresca. La compra de productos y servicios a través de internet plantea para el consumidor unos riesgos similares a los de otras ventas a distancia en las que no existe contacto físico entre comprador y vendedor. Ya que aquel no puede examinar la calidad del producto que se compra, o que haya un posible incumplimiento del plazo de entrega, o que el producto llegue deteriorado... Y que se dificulten las reclamaciones si el vendedor es de otro país o no proporciona un domicilio físico de la empresa, o que el vendedor cobre el dinero y no envíe el producto, como ocurre en bastantes casos. Hay empresas que se publicitan en Facebook sin control alguno y ofrecen productos interesantes muy baratos, puras golosinas que entran por los ojos, de marcas conocidas, que los cobran y luego no los envían ni responden a los requerimientos del comprador.

“Yo compro con frecuencia por internet y no suelo tener ningún problema. Pero en dos ocasiones no he recibido el producto y el vendedor cobró el dinero y se esfumó”, comenta José María Almagro, un joven jiennense empleado en una empresa pública. “Las dos veces apareció un anuncio en mi cuenta de Facebook, uno de guitarras Ibanez y otro de botas Timberland, a unos precios muy increíbles. Las dos son buenas marcas. Pero los vendedores cobraron el producto y si te ví no me acuerdo. Hasta hoy. Creo qué Facebook debería hacer un control más riguroso de quienes se anuncian, sin que nadie los invite, en las cuentas de sus usuarios, para evitar fraudes”.

El comercio electrónico, según la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía, FACUA, plantea ciertos peligros añadidos, derivados de la fácil accesibilidad a internet en relación con los datos suministrados, multiplicando la posibilidad de que se produzca un uso ilegítimo de la información bancaria de los clientes. “El comercio electrónico da a sus usuarios la oportunidad de consumir en un mercado más amplio y competitivo, pero también fomenta la contratación en masa, el consumismo y el riesgo para los consumidores de sufrir abusos y fraudes por parte de las empresas”, precisa FACUA. Este tipo de transacciones, dice, está regulado por la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, que controla de forma específica cómo ofrecer y contratar productos y servicios por vía electrónica. Pero también hay otras normativas concretas que la complementan.

La distancia entre comprador y vendedor aconseja extremar las precauciones para confirmar la identidad del comercio en una transacción electrónica y para asegurarse de conocer todas las características de un producto que el consumidor no podrá examinar hasta que lo tenga en sus manos.

FACUA recomienda también en su web que debe tenerse en cuenta si la empresa o comerciante que oferta su mercancía en internet se encuentra o no ubicada en un país donde las garantías legales establecidas para el comercio electrónico no sean aplicables. “Por ello es aconsejable no contratar con aquellas empresas que tienen sus domicilios sociales en paraísos legales y donde por tanto el consumidor tendrá serias dificultades de reclamar y exigir sus derechos si es engañado”.

Toda oferta de compra por comercio electrónico deberá contener necesariamente la identidad y el domicilio social del proveedor, las características especiales del producto, el precio y, en su caso, el coste del transporte, así como las posibles formas de pago, la modalidad de entrega y el plazo de validez de la oferta. Debe exigirse toda la información necesaria sobre el producto para evitar sorpresas. FACUA acoseja evitar contratar servicios o adquirir bienes a través del comercio electrónico cuando la empresa o prestador del servicio no esté identificado o no se ofrezcan datos suficientes sobre los productos. Es recomendable asegurarse del país en el que está ubicado el comercio y de que no se trata de un paraíso legal-fiscal donde no es de aplicación las normas de protección a los consumidores.

De la primera compra a la euforia en la red
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Se considera que la primera operación de e-comerce o comercio electrónico la realizó Jane Snowball, una inglesa de 72 años, que en 1984 compró huevos, margarina y cereales a través de Videotex, un sistema novedoso que acababa de poner en marcha la televisión británica. Por tanto, la primera transacción comercial de este tipo tuvo lugar en Gran Bretaña. Pero 1984, año orwelliano, es hoy la prehistoria de las nuevas tecnologías. Cada temporada crece más de un 20 por ciento este tipo de transacciones respecto a la anterior, lo que dispara el negocio de la paquetería, hasta el punto de que la propia Correos se tuvo que modernizar para ser competitiva. Comprar por internet aporta ventajas como evitar desplazamientos o que te traigan a casa un producto desde el extranjero. La euforia es tal, que España genera el 4% del negocio de las ventas online en la Unión Europea. Este porcentaje nos sitúa en cuarto lugar, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.