Éxodo de Linares a Inglaterra

Su primera oportunidad de trabajo como enfermero la tuvo en la turística ciudad inglesa de Blackpool, donde residen otros muchos españoles y, poco a poco, se acostumbra a la cultura y las costumbres típicas de la zona

25 sep 2016 / 11:16 H.

Labrarse un futuro laboral es el motivo por el que el linarense José Gabriel Ortega Rodríguez, de 25 años, se decidió a irse a la ciudad inglesa de Blackpool. “Me gradué en Enfermería por la Universidad de Huelva, y la verdad que no tuve oportunidades claras de trabajar en España cuando terminé los estudios. La mayoría de las ofertas de empleo que encontraba eran, o temporales, o lejos y por poco tiempo, por lo que meter cabeza en la profesión era complicado”, recuerda Ortega.

Aun así, su ánimo de buscar no decayó, y entre las opciones que tanteó estaban unas ofertas de trabajo a través de la Universidad de Jaén: “Se trata de unos programas de búsqueda de empleo en los que opositas mediante una aplicación online a diferentes puestos de empleo. No sabía que era para Inglaterra, y al poco tiempo unas agencias intermediadoras se pusieron en contacto y me lo propusieron. Como no tenía mal nivel de inglés, que era un requisito imprescindible, ni opciones de trabajo, me lo planteé y empecé esta andadura”.

Aunque su incorporación era en enero de este mismo año, se fue en diciembre del pasado con el objetivo de realizar los trámites necesarios para instalarse en el país. Entre ellos, de los que recuerda como más tediosos —y de hecho no lo ha solventado hasta hace unos meses— fue el hecho de colegiarse. “Ahora es más difícil, y ya cuando se empezó a hablar del Brexit se vaticinaba que iban a endurecer la norma. Entre otras cuestiones de títulos y demás, el nivel de lengua inglesa tiene que ser similar a ser bilingüe. Así, los primeros meses, alrededor de medio año, tuve que trabajar como auxiliar”, afirma. Y es que, mientras que en el caso de España, con la titulación el hecho de colegiarse es una cuestión de días, allí, al ser ciudadano comunitario, la burocracia y el tiempo son mayores. A pesar de todo, es consciente de la suerte que tuvo, puesto que su llegada a la turística ciudad inglesa fue ya con trabajo: “Para que te den el número de la seguridad social y un alojamiento fijo, lo primero que tienes que tener es un contrato”.

Con respecto al sistema sanitario, reconoce que es diferente al español. Entre otras cuestiones, porque es nacional en vez de articularse a través de las comunidades autónomas, además de que cuenta con mayores inversiones. También los salarios son superiores a los que se perciben en España, aunque, en este sentido, puntualiza que el coste de la vida también lo es.

Por el momento, ha visitado pocas ciudades de Inglaterra, puesto que cuando tiene vacaciones prefiere regresar a España y disfrutar de los suyos, o conocer otros rincones del país. “Luego, en el día a día, el ritmo de trabajo que llevamos es muy estricto. Tenemos jornada completa, y en muchas ocasiones trabajamos más horas de las que nos corresponden. Aun así, he aprovechado para visitar Manchester, que se encuentra cerca, y algunas ciudades más pequeñitas de los alrededores”, indica Ortega.

También constata que la comunidad de españoles que se encuentra en la ciudad es importante. “Incluso desde el hospital incorporan gente de España, por lo que cada tres o cuatro meses llegan muchos. Y luego encuentras numerosos en sectores como el de la hostelería. Por ejemplo, muchas parejas de compañeros trabajan como camareros y cocineros por aquí”, dice.

Lo que, sin duda, más extraña de España es la gastronomía, aunque, en este sentido, su madre, siempre que puede, le manda un paquete con comida y productos de la tierra: “La variedad de productos en los supermercados no tiene ni punto de comparación con los de España”. Eso sin obviar a la familia, la cultura y el carácter de nuestro país.

En este sentido, pone sobre la mesa la situación en la que se encuentran muchos jóvenes como él, que una vez que terminan su formación tienen que buscar en otros países europeos un puesto de trabajo. “Y en ocasiones esta determinación es una opción personal y vital, pero en otras, como es mi caso, es porque las políticas actuales nos obligan a ello. De ahí viene el descontento que muchos jóvenes tienen con respecto a la situación en nuestro país”, afirma como crítica, que pretende que sea constructiva.

todo por un empleo

Una gran experiencia vital. Eso es lo que supone para José Gabriel Ortega el hecho de haber conseguido un puesto de trabajo en la ciudad inglesa de Blackpool. No exenta de dificultades, eso sin duda alguna, puesto que entre otras “barreras” del día a día se encuentra, por ejemplo, el lenguaje. “Además, acostumbrarse a la cultura en diferentes aspectos también es complicado”, reconoce.

un alto coste

José Gabriel Ortega destaca las oportunidades de trabajo que se encuentran en la zona, sobre todo las relacionadas con el sector de la hostelería, en el que trabajan muchos españoles. Aun así, puntualiza que también se constata en los últimos meses que van en disminución. Con respecto a las condiciones laborales que tiene como enfermero en Inglaterra, sobre todo en cuestiones salariales, son mejores que las que se encuentran en España. Pero también el nivel de vida es superior.

Ortega destaca, sobre todo, lo caro que resulta el alojamiento. “Y eso a pesar de que la ciudad de Blackpool en la que resido es pequeña y modesta”, puntualiza. También es costoso el hecho de salir a comer, de fiesta o cualquier tipo de evento. Sin obviar el transporte, del que depende para todos sus desplazamientos.

Oportunidad de trabajo en una ciudad que vive en verano del turismo
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El turismo es una de las principales fuentes de ingresos de Blackpool, sobre todo durante los meses estivales. De hecho, más de 6 millones de turistas viajan cada año hasta allí para disfrutar de sus días de descanso. Por este motivo, se trata de una ciudad que cuenta con numerosos restaurantes, hoteles, teatros, circos, centros comerciales, parques de atracciones o bares. Una amplia oferta de ocio que se suma, para ser elegido como destino, a su cercanía con Liverpool y Manchester. Entre los lugares más visitados se encuentra la torre de Blackpool, victoriana al igual que la Eiffel, la vista desde la parte superior es espectacular. Y es que la edificación, construida en 1894, cuenta con una altura de cerca de 160 metros.

Un destino que el azar tenía determinado para el joven linarense, que no dudó ni un minuto en preparar la maleta y vivir la “aventura” que para él ha supuesto encontrar un puesto de trabajo en la que realmente, y desde siempre, había sido su vocación.

Una cultura muy variada que permite nuevas relaciones
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José Gabriel Ortega destaca lo variado de la cultura. “Te relacionas con gente de muchos países”, explica. En la imagen, en un evento internacional de algunos enfermeros.

Un clima que no tiene nada que ver con el que se da en españa

El clima es uno de los cambios que más ha notado. “Siempre está nublado y el 80 por ciento de los días llueve, y mucho”, afirma. De hecho, la imagen es de agosto.

pasión por la pintura, una afición que cultiva en su tiempo libre
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La pintura es una de las aficiones del enfermero linarense. Y la ciudad inglesa también le ha inspirado para algunas de sus obras, como muestra la imagen de la izquierda.

Como una gran familia con la que disfrutar de grandes momentos
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Aunque en Blackpool no tiene el “calor” de sus familiares y amigos, ha encontrado a mucha gente con la que disfrutar de la vida y del trabajo en la ciudad inglesa.