Entrada triunfal en el paraíso

presidente de la liga nacional

30 abr 2016 / 20:23 H.

Un padre y un hijo lloraban de alegría en el Pabellón Quijote Arena de Ciudad Real. Entre lágrima y abrazo se frotaban los ojos y no paraban de mirar el moderno marcador electrónico. No soñaban, no, el Jaén Paraíso Interior había vencido al FC Barcelona por 6-4 y era el nuevo campeón de la Copa de España de Fútbol Sala, el mayor hito alcanzado por el deporte colectivo de la provincia. Lo que empezó como un sueño el 12 de marzo terminó con una realidad cuatro días después. La máquina amarilla o la aceituna mecánica, como ya se conoce al equipo en el ámbito nacional, cambió la historia con un juego atrevido, de calidad y en el que el esfuerzo y la humildad fueron claves para tocar el cielo de Ciudad Real. A esas cuestiones se añade que el equipo llegó en silencio y con el objetivo cumplido por estar entre los ocho mejores. La condición de favoritos la tenían reservada el Movistar Inter, el FC Barcelona y ElPozo de Murcia. Contra este último equipo se empezó a fraguar la leyenda del conjunto entrenado por Daniel Rodríguez. El Jaén Paraíso Interior ofreció la primera sorpresa del torneo. Se convirtió en un don Quijote que no se estrelló contra los molinos murcianos. Todo lo contrario. Apoyado por más de 2.000 aficionados el equipo se impuso por 4-2 a ElPozo con los tantos marcados por Cuco, Solano y Emilio Buendía, en dos ocasiones. El delirio se apoderó de la plantilla y los aficionados. Llegar a semifinales era un objetivo impensable. ¿Quién podría ser el rival en esta ronda? Todo hacía presagiar que sería el Movistar, pero no fue así y el Burela venció y destrozó todos los pronósticos. Germán Aguayo, el presidente del club, recuerda la Copa de España y los días previos a la final. “El Burela y nosotros acabamos con los pronósticos que apuntaban a una semifinal Movistar-ElPozo. Ahí radica la grandeza del deporte y no siempre los pronósticos se cumplen fielmente”, apunta. ¿Qué pasó en el partido con el Burela? Fue un espectáculo no apto para corazones débiles que se resolvió en una dramática tanda de penaltis. El Jaén Paraíso Interior estuvo al borde de la eliminación, porque a falta de siete minutos, perdía por 2-0, pero los goles de Cuco y Dani Martín forzaron la tanda de penaltis. Ahí surgió la figura de Gonzalo Ramos, a la sombra de Prieto durante la campaña, que paro la pena decisiva. La marea amarilla se llevó la segunda alegría de la Copa de España. Otro capítulo exitoso y quedaba el epílogo, el más importante. Y ahí no falló. Con una ciudad entregada y con una buena representación de seguidores en el Quijote Arena, el equipo entró en el paraíso con la victoria por 6-4 ante el Barcelona, el indiscutible favorito para levantar el título.

Pero fue José López el que subió la copa en la noche inolvidable del 15 de marzo, cinco días antes de que entrada la primavera. Solano, Chino, que marcó en dos ocasiones, Emilio Buendía, Cuco y José López marcaron los goles en un partido histórico que marcó un antes y un después en el deporte jiennense. Cuando terminó el partido se produjo un carrusel de sensaciones emocionantes en la pista y en la grada. Abrazos, lágrimas y saltos de júbilo por el éxito conseguido en una pista que ya es fetiche para el Jaén Paraíso Interior FS. “Fue una jornada memorable para la ciudad y la provincia, porque nadie pensaba en ganar la Copa de España. La lucha, la humildad y la motivación resultaron determinantes para ganar un título de esta importancia”, sostiene el máximo dirigente. El complemento fue la elección de José López como mejor jugador del torneo. El eterno capitán celebró dos títulos en solo unos minutos. ¿Como fue la celebración al día siguiente? Más de 3.000 personas recibieron al equipo en la sede de la Diputación Provincial. Desde el balcón el entrenador, los jugadores y los directivos festejaron un hito en la capital. El amarillo reinó de una forma espectacular en la calle. De Bernabé Soriano a la Plaza de Santa María, sede del Ayuntamiento. El equipo compartió el éxito con las autoridades y se dio otro baño de masa. Un año después, el equipo sigue instalado en el paraíso. Continuar en la élite es un reto.

“Ejemplo DE humildad y sacrificio”