El mundo de Rosa Butler

La poeta se centró durante su carrera en aspectos como la muerte y el consuelo dentro de la religión

21 abr 2019 / 12:31 H.

Rosa Butler nació en la cuarta generación de mayordomos que emigraron a España desde Irlanda, una familia muy avanzada en importancia económica y social a través del comercio de lino y su conducta intrépida en los servicios armados. Los orígenes de las sucursales de Butler en España son diversos, pero tendieron a establecerse en la región sur de Andalucía para facilitar las comunicaciones —rutas marítimas a Irlanda y para comerciar con el Nuevo Mundo—. Tomás Butler (1701-1789) llegó a Sevilla en 1733 desde Carrick on Suir y sus antecedentes se relatan de forma experta en el artículo “Butler of Balindysert: Algunas notas de Kim Pérez Fernández-Fígares”, publicado en “The Journal of Butler Society”, vol. 5, número 1, páginas 72-75. El cuarto hijo de Tomás, Juan Manuel Butler (1749 - 1813), el abuelo de Rosa, llegó a ser el teniente general de mayordomo en el ejército español, y fue nombrado gobernador general de Zaragoza en 1808, pero tanto él como su hijo, otro Tomás Butler (1779-1823), su ayudante de campo, fue capturado cuando Zaragoza cayó ese mismo año ante los franceses en el curso de la campaña española de Napoleón. Tanto el padre como el hijo estuvieron recluidos durante casi cinco años en confinamiento militar en Nancy, en Francia. Rosa Butler parece fácil de resumir: otra poeta desarraigada, romántica y melancólica que se centra en la muerte y el consuelo de la religión con composiciones poéticas de una duración considerable, comparables a la obra poética de otros de su generación. Era un producto de su edad, pero afortunada por haber nacido en una región de España en un momento en que había signos de escritura creativa que luchaban por afirmarse, y también signos de avance femenino evidenciado por informes de coteries literarias y tertulias en Andalucía. Cádiz fue especialmente hospitalaria y respetuosa con las ambiciones femeninas. La prensa en Cádiz fue excepcional, con decenas de publicaciones periódicas y un amplio público para leerlas. La mayoría de la prensa provincial en Andalucía estaba dispuesta a publicar versos, pero, al igual que en el resto de Europa, las escritoras asumieron la identidad masculina para publicar su trabajo y la autoría de algunas de las obras de Rosa se disfrazó para ajustarse al espíritu de la época.

Rosa se benefició del apoyo de las principales figuras literarias de España que se convirtieron en sus amigas y fue convocada para participar en celebraciones nacionales de logros culturales. Ella es retratada en un importante retrato colectivo pintado en 1859 por el artista Luis López y Piquer, que muestra una asamblea de una multitud de las principales figuras literarias y artísticas de la época, todos presentes como testigos de un acto en presencia de la reina Isabel II en honor del poeta Quintana. La contraportada del libro analizado muestra una reproducción en color de esa pintura.

El libro contiene las obras conocidas de Rosa Butler. Ella fue un autodidacta. Tenía un dominio del lenguaje, de las convenciones poéticas y de la expresión, todo lo que surgió de su observación, su entusiasmo por el género poético y su sensibilidad romántica. Sus creencias religiosas eran abiertamente católicas tras una larga tradición en España que data de la Edad de Oro de la literatura española. La tarea de reunir los trabajos de Rosa requería recurrir a recursos bibliotecarios fuera de España, ya que algunos archivos de periódicos eran deficientes, por ejemplo, en Estados Unidos.

Los detalles biográficos de la vida de Rosa debían compilarse con esmero de la correspondencia familiar, los registros públicos —testamentos, etcétera— y hay una lista de fuentes, una bibliografía y agradecimientos a los contribuyentes de nueva información y a los archiveros, pero no hay un índice de nombres. El libro se adentra en la historia familiar y los antecedentes de Rosa Butler, haciendo uso de fuentes familiares de miembros de su sucursal y de registros públicos, algunos de ellos copiados o reproducidos en facsímil. El libro otorga el debido reconocimiento al investigador principal de esta rama de Butlers, Enrique Muelas, así como a Kim Pérez Fernández-Fígares y también parte del material extraído de la publicación del fallecido Brian Foley, “The Butlers in Spain”, reproducido en su totalidad, aunque desafortunadamente sin sus once tablas genealógicas, en “The Journal of The Butler Society”, volumen 5, número 1, páginas 123-143. Se hace referencia a The Butler Society y al rally celebrado en Madrid para sus miembros, incluidos muchos de los descendientes de varias ramas de los mayordomos españoles —pero la fecha de la manifestación se da en 1933—. Hay varias ilustraciones, algunas fotografías de lugares relevantes y algunos documentos importantes. El libro de Francisco Pérez Aguilar se publicó en Jaén, una ciudad donde Rosa en su día habría captado el interés local en virtud de las numerosas ocasiones en que su trabajo había aparecido en publicaciones periódicas en esa parte de Andalucía. El autor maneja el material adecuadamente, citando ampliamente las fuentes. Francisco Pérez Aguilar es un autor experimentado, sus escritos incluyen temas históricos que surgen de su conocimiento profesional de la ingeniería naval y marina y otros asuntos. El autor confiesa que su motivo para escribir este trabajo se deriva del hecho de que su hogar familiar en la infancia fue al lado del lugar de nacimiento de Rosa, en Puerto Real, y que ese conocimiento despertó la curiosidad de toda una vida que, desde luego, ofrece una perspectiva cercana de los antecedentes sociales y familiares de Rosa. Él también tiene el deseo de despejar el aire de los conceptos erróneos sobre ella y sus orígenes familiares. Hay una breve sección dedicada a enumerar las atribuciones erróneas y los detalles biográficos falsos de Rosa tales y como se han publicado hasta ahora. El libro disipa generosamente las falsedades acerca de la poeta, cuyo nacimiento, lugar de residencia y otras circunstancias, se han denunciado a lo largo de los años. El libro tiene un prólogo del eminente académico José Solís de los Santos, de la Universidad de Sevilla.