El descenso de las rapaces

El número de algunas especies de aves rapaces en Andalucía bajó en los últimos años y una
de las principales causas es el cebo envenenado, una práctica ilegal que afecta a toda la fauna

15 jul 2018 / 11:03 H.

Los grandes parques naturales y zonas verdes de Andalucía son el hábitat elegido por cientos de especies de animales. Entre ellos, esta región cuenta con todos los tipos de buitres que existen en la península: el quebrantahuesos, el alimoche, el buitre negro y el buitre leonado. Además, por supuesto, de muchas más aves rapaces que comparten los cielos estos enormes animales. Sin embargo, SEO Birdlife, Sociedad Española de Ornitología, establece que todos ellos corren un grave riesgo. El los cebos envenenados son una de las principales causas de mortalidad en las aves rapaces, de las cuales, algunas, vieron reducido su número de especímenes en gran medida en los últimos años.

“Hay más aves rapaces que mueren a causa de envenenamiento de las que debería”, afirma Jesús Pinilla, técnico de proyectos de SEO Birdlife en Sevilla. El uso del veneno en el campo es como método de eliminación de depredadores es una actividad prohibida por ley desde 1995, cuando se tipificó en el Código Penal, en el artículo 336: “El que, sin estar legalmente autorizado, emplee para la caza o pesca veneno, medios explosivos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva para la fauna, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años”, comienza la Ley Orgánica 10/1995. Por lo tanto, Pinilla apunta que cualquier episodio de mortalidad de fauna silvestre que se produzca por esta causa “ya es más de lo que debería”. Ante esto, SEO Birdlife desarrolla acciones dirigidas a la erradicación de veneno en el campo y a la corrección de tendido eléctricos. Asimismo, también realizan una campaña para la erradicación del diclonefaco como fármaco veterinario, ya que, según exponen es mortal para los buitres. Por parte de la Junta de Andalucía, el protocolo Estrategia Andaluza contra el Veneno (EAV) sigue la misma línea de la erradicación del veneno y que, entre sus efectivos, cuenta con Unidades Caninas Especializadas en la detección de tóxicos en cebos y cadáveres, además de con actividades y acciones en todas las provincias andaluzas. “Aun así, se siguen produciendo con, cierta periodicidad, episodios de mortalidad por veneno”, declara Pinilla. El veneno no discrimina. Cualquier animal que se coma el cebo envenenado y, de igual manera, cualquier animal que se alimente de su cuerpo, se verá afectado por la sustancia, ya que se transmite a lo largo de toda la cadena. “No hay nada que ponga límites a qué fauna se puede ver afectada por esta circunstancia”, subraya el técnico de SEO Birdlife.

Así, según expone Rafael Pinilla, el quebrantahuesos no es el único ave rapaz en Andalucía que está en riesgo. Otra especie emblemática de la península que habita en esta región es el águila imperial ibérica, sin embargo, el número de parejas que vive en Andalucía está en torno a las setenta y se distribuyen, prácticamente, por toda Sierra Morena y por Doñana. El Milano Real es otras de las especies que cuenta con “muy poquitos efectivos”. Por su parte, el águila perdicera tiene una población, más o menos, estable, alrededor de 100 parejas indica SEO Birdlife, porque “parece que se estabilizó en las últimas décadas. Sin embargo, la especie que más ha sufrido es la del Alimoche, del que Pinilla establece que hay alrededor de veinte parejas (y bajando) en Andalucía, donde se vio muy reducido su número en los últimos tiempos. La parte positiva se encuentra al hablar del buitre negro y el buitre leonado, cuyas poblaciones están “razonablemente sanas” gracias a los esfuerzos conjuntos de la Junta, SEO Birdlife y diferentes asociaciones. “Aunque no hay que bajar la guardia, porque pueden verse envueltos en episodios de envenenamiento o del uso del diclofenaco como uso veterinario, que se ha demostrado que es letal para los buitres”, advierte Pinilla.

El operativo que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio sigue para la conservación de estas especies, según el técnico de la Sociedad Española de Ornitología, consigue que los resultados para algunas especies sean “buenos”, como el caso del buitre negro, ya que su población aumentó en los últimos años y, prácticamente, salió de la categoría de “vulnerable”. Pero en otras, como es el caso del alimoche, “no se están consiguiendo los resultados que se pretenden y, cuando hablamos de este ave, la cosa no va especialmente bien”, manifiesta.